Las ya famosas minicomputadoras del programa OLPC (One Laptop Per Child, o Una Computadora por Niño), tan criticadas por algunos, pero elogiadas por otros, comenzaron a ser distribuidas entre los niños de las escuelas más pobres del país.
Hoy se distribuyó 2,200 en Huancavelica, uno de los departamentos con más carencias del país. Luego se seguirá con el reparto, hasta completar las 40 mil que el gobierno ha adquirido, a un costo de US$ 7 millones. Además, si el programa tiene éxito, ya varios gobiernos regionales han manifestado su disposición a adquirir muchas más, con el fin de elevar el nivel educativo de sus escuelas.
Como se sabe, las pequeñas computadoras han sido criticadas en distintas formas. Algunos sostienen que su distribución es una iniciativa demagógica, que distrae recursos que deberían ser empleados más bien en mejorar la infraestructura y equipamiento básico de las escuelas. Además, señalan que perturba la búsqueda de una identidad nacional en los niños, dado que los pequeños aparatos operarán básicamente con software importado. Otros critican el hecho de que se opte por un plan "efectista" como éste, en lugar de priorizar la mejora de los programas y currículas escolares. Hay inclusive quienes dicen que con esto se expone a los niños a los robos, al llevar consigo aparatos de un elevado valor comercial. Y, por supuesto, no han faltado quienes, sin conocer a fondo las prestaciones de las pequeñas computadoras, las han calificado de "juguetitos inútiles".
En nuestra opinión, si bien varios de dichos puntos de vista son parcialmente atendibles, no son lo suficientemente convincentes como para desacreditar el programa. Las pequeñas computadoras pueden convertirse en un poderoso aliado para mejorar el nivel educativo de nuestros niños.
Algunas de las críticas no parecen tener en cuenta que las computadoras han sido diseñadas por equipos en los que han participado algunas de las más grandes empresas informáticas del mundo, y han recibido el aval de las propias Naciones Unidas. Son pues, artefactos de calidad.
Además, han sido fabricadas pensando en sus destinatarios: los niños de las zonas más pobres. Es por ello que tienen atributos muy especiales: son sumamente resistentes a los golpes, y no requieren de conexión eléctrica alguna para su recarga, la cual se efectúa con una simple manivela.
En cuanto a sus programas, han sido preparados teniendo en cuenta la realidad infantil de países en desarrollo como el Perú, por lo cual resultan idóneos para nuestros niños. La crítica acerca de que dicho software no responde a nuestra realidad, y por lo tanto no contribuirá a formar una identidad nacional, se desvirtúa por el hecho de que el conocimiento y la ciencia no tienen fronteras. Además, las máquinas no estarán impedidas de trabajar con software nacional, tal como el que ya están desarrollando varias universidades peruanas.
Por otra parte, se debe recordar que no serán estos artefactos, sino los maestros, los que tendrán la última palabra en cuanto a la orientación final que reciba el niño. Las pequeñas laptops sólo serán un instrumento de apoyo. Uno muy importante.
Por último, la puesta en práctica de este programa de laptops no es excluyente en absoluto con otras acciones que se deba tomar en materia educativa, como poner en buen estado la infraestructura física de las escuelas, mejorar las currículas, elevar el nivel educativo de los profesores, etc.
Con estas maquinitas, los niños de los pueblos más pobres tendrán por fin, aparte de la enorme alegría de poseer un valioso aparato con el que quizá jamás soñaron contar, la oportunidad de poner en práctica toda su destreza y habilidad intelectual, sin duda tan sorprendentemente grande como la de los niños de las grandes ciudades o de las clases sociales económicamente más pudientes.
El acceso al Internet que lograrán, y con él a bibliografías, catálogos, informes científicos, programas educativos, y aplicaciones de todo tipo, contribuirá, sin duda, a ampliar formidablemente su visión del mundo. Todo un universo de información y conocimiento que se abrirá y se pondrá al alcance de sus manos.
La entrega de estas minicomputadoras constituye, pues, no sólo una eficaz y justa acción redistributiva, sino también un interesantísimo paso en favor de la niñez más pobre, que bien podría provocar un salto cualitativo en materia educativa. Los niños que hoy ingresan de esta manera al expectante campo de la informática, bien podrían convertirse en los ingenieros, científicos y tecnólogos que el país demandará en el futuro.
(Ver aquí una nota anterior sobre el tema).
Fotos: Andina
Creo que la educaciòn necesita otras cosas antes que estas computadoras. Alan està haciendo demagogia.
ResponderEliminarYo sì estoy de acuerdo. Las laptops van a hacerle mucho bien a los niños.
ResponderEliminarUn gran paso en favor de la niñez! Vamos Perú!!!!!
ResponderEliminarun regalo muy modesto. En Chile existe el programa "Yo elijo mi PC" y los niños pueden elegir computadores sofisticados y de alto costo y lo más importante es que los niños lo eligen con un catálogo.
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