Uruguay y Colombia, por su parte, optaron por el sistema europeo.
La elección del sistema nipón-brasileño por parte de un buen número de países sudamericanos se debe a su capacidad de llegar, con una señal potente y nítida, a los más apartados pueblos, pese a la extensa y difícil geografía del subcontinente. Además, tiene la ventaja de que esta se puede recibir gratuitamente en los celulares (aspecto importantísimo, dada la inmensa difusión de estos aparatos). Además, hace posible la recepción de una mayor cantidad de canales.
Habiendo sido uno de los primeros países en tomar la decisión, el Perú ya viene dando los pasos tendentes a poner en marcha el sistema. Para empezar, ayer oficializó en Brasil lo decidido en abril, firmando el respectivo compromiso.
Además, ya se está fijando algunas metas. Una de ellas es que en los próximos meses comiencen a ingresar al país los primeros televisores con dicho sistema. De esa forma, en el primer trimestre del 2010 se podría iniciar las transmisiones (el canal 7 piensa hacerlo en plan de prueba desde marzo). Dado que el Campeonato Mundial de Fútbol de ese año será transmitido en señal digital, y seguramente generará una masiva compra de televisores, se espera que se constituya en un muy eficiente vehículo para el cambio.
La idea es que en el 2015 el nuevo sistema ya esté operando plenamente en más del 50% del territorio nacional.
Las ventajas del sistema elegido
En cuanto al apagón analógico, es decir, al momento en que este tipo de señal dejará de transmitirse, será en cuatro etapas, y en momentos aún muy distantes, por lo que quienes no aspiren a tener un televisor digital en el mediano plazo no deberán preocuparse, ya que la señal actual seguirá transmitiéndose normalmente.
De acuerdo al cronograma que se viene planteando, el primer apagón ocurrirá en Lima y Callao, donde la señal analógica desaparecería el 28 de febrero del año 2020.
Luego seguirán las ciudades de Arequipa, Cusco, Trujillo, Chiclayo, Piura y Huancayo, con un apagón tentativamente programado para el 28 de febrero del 2025.
Cinco años después, el 28 de febrero del 2030, se produciría el de Chimbote, Ica, Iquitos, Juliaca, Pucallpa, Puno, Tacna y Ayacucho.
En cuanto al apagón general para el territorio peruano, aún no tiene fecha definida.
Dados los pasos iniciales, y habiéndose fijado ya las primeras metas y plazos, los meses siguientes serán, pues, de plena actividad, tanto para el gobierno como para las empresas privadas. El primero deberá pensar, entre otras cosas, en el plan piloto de transmisiones, en la coordinación con los gobiernos de Japón y Brasil para la capacitación de los técnicos peruanos, pero sobre todo en la ley y otras normas que regirán, tanto durante la transición desde un sistema al otro, como durante la vigencia del nuevo sistema.
Las empresas privadas, por su parte, deberán hacer fuertes inversiones en nuevos equipos, así como poner al día a sus técnicos en el manejo de la nueva tecnología.
Considerando la velocidad con la que se mueve el sector de telecomunicaciones, y la avidez con la que reaccionan los consumidores frente a tecnologías tan atractivas como esta, no dudamos de que las metas serán alcanzadas en plazos mucho menores que los previstos.
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