domingo, 22 de noviembre de 2009

El Perú en el Ranking Latinoamericano: Inversión Extranjera Directa 2008


En setiembre, en su Informe Anual sobre Inversiones, la Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y Desarrollo (UNCTAD, por su sigla en inglés) nos informó acerca de los flujos de inversión extranjera directa recibida por los países de nuestra región en el año 2008, y de los stocks o montos acumulados. Así que ahora consignaremos en nuestro ranking tal información. Cabe señalar que esta difiere parcialmente de la que publicó en mayo la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), lo que se explica por las frecuentes revisiones y actualizaciones a las que suelen ser sometidas las cifras.

La inversión extranjera directa (IED), como se sabe, es aquella que llega a los países con propósito de establecerse durante extensos períodos de tiempo, en proyectos de largo plazo y de diversa índole, especialmente productiva. Difiere de la inversión de cartera, aquella de corto plazo que se dirige principalmente al mercado de capitales en busca de una rápida ganancia, y que se asocia, por lo tanto, con movimientos especulativos (los famosos capitales-golondrina). Mientras que la primera goza de las simpatías de la política económica de la mayoría de países (salvo aquellos que no ven con buenos ojos la participación del capital externo), la segunda suele ser vista con recelo en muchos lugares.


En términos generales, el año 2008 no fue nada malo en materia de IED, pues esta se incrementó respecto del año previo. La gran mayoría de países (con algunas excepciones, como la nuestra) vio incrementado su flujo. La crisis comenzó a reducir los montos recién en el presente año.

Brasil, con un significativo crecimiento de inversiones, comandó la tabla, no sólo por ser la economía más grande de la región, sino también por estar viviendo un auténtico boom de confianza y entusiasmo acerca de sus perspectivas de largo plazo, debido a la solidez de sus indicadores y a la buena reputación de su política económica.

México se rezagó, afectado por los embates de la crisis internacional, que lo está golpeando duramente. Sin embargo, aún mantiene el liderazgo en cuanto al stock total recibido.

Chile, con su estabilidad, y su política aperturista y de reglas claras (muy bien vista entre los inversionistas internacionales), ocupó un meritorio tercer lugar, pese a ser la sexta economía del subcontinente.

Le siguió Colombia, con un buen crecimiento y un muy importante flujo, superior a los US$ 10 mil millones. Argentina, a pesar de ser la tercera economía más grande, sólo figuró en el quinto lugar, aunque debe precisarse que registró un buen incremento de su IED en el 2008.

El Perú fue uno de los pocos países en los cuales este indicador se contrajo (en nada menos que 12.5%). El nerviosismo causado por los inminentes primeros coletazos de la crisis postergó o paralizó varios proyectos importantes. Así, la inversión extranjera cayó desde los US$ 5,491 millones del año 2007 a sólo US$ 4,808 millones en el 2008. El stock total acumulado asciende así a US$ 30,232 millones.

En cuanto a Venezuela, no sorprende su escaso monto de IED. Dado que este país mantiene una política de fuerte protagonismo estatal, con una escasa receptividad hacia el capital privado externo, resulta casi lógico que su flujo sea tan pequeño, no obstante haber crecido significativamente en el 2008.

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