Espectacular acuario de Kuroshio Sea, en Okinawa, Japón, con el segundo tanque más grande del mundo
Hace unos días se informó acerca del interés de una empresa por construir una obra que, desde hace ya un buen número de años, está en la mente de muchos, habida cuenta de la naturaleza marítima de un país como el nuestro, profundamente identificado con el océano y sus innumerables especies.
Se trata de un gran acuario, como los que existen en los principales países del mundo. La iniciativa es de la empresa peruana (fundada por empresarios peruanos y japoneses) Shoei Kaitaku, que, conocedora del enorme interés que generaría entre la población una infraestructura de este tipo, y de la especial aptitud de nuestra costa para albergarla, ha planteado llevarla a cabo en el Callao, concretamente, en el marinerísimo distrito de La Punta.
Según la web de Shoei Kaitaku, el acuario debería ser un negocio rentable y convertirse, al igual que sus pares del mundo, en todo un polo turístico de grandes proyecciones. Los ingresos irían por el lado de la asistencia del público, el mercadeo de objetos relacionados con el lugar, el establecimiento de membresías y voluntariado, servicios de comida que atiendan desayunos, almuerzos, comidas, bar y centro de reuniones para celebraciones privadas (cumpleaños infantiles y de adultos), con vista a los principales tanques.
Paralelamente, y ya desde un punto de vista cultural, el proyecto pondría a disposición de la ciudad un centro de convenciones, programas con clases de buceo o buceo con los animales, terapias de peces o mamíferos, y trabajos de investigación orientados a la acuicultura de peces nativos del mar peruano, con selección de tesistas y también un centro de estudios de ciencias del mar con carácter universitario.
Como se puede ver, sería toda una amplia gama de alternativas las que estarían a la mano con la obra, tanto desde el punto del vista del relax como de la cultura y de la toma de conciencia ambiental.
Así funciona el acuario de Georgia (Atlanta), el más grande del mundo.
Sin embargo, por ahora no hay mayores definiciones, pues las cosas paracen estar en un estado muy preliminar, pasando los simples niveles de la idea y el perfil. Aún se requiere los indispensables estudios que determinen su viabilidad y permitan dar a conocer más detalles del mismo.
Tentativamente se ha planteado que el lugar podría ser el área contigua a la Escuela Nacional de Marina Mercante. Habrá que ver los pros y contras de tal propuesta, considerando, entre otras cosas, el limitado espacio, o la perturbación que se podría generar en un barrio tradicionalmente tranquilo como La Punta. Probablemente haya que pensar, alternativamente, en un lugar más amplio, como la Costa Verde.
En cuanto al monto, se ha hablado de US$ 12 millones como cifra inicial. Pero, dado que aparentemente hay intenciones de hacer algo importante, a la altura de los principales acuarios del mundo, la cantidad tendría que elevarse considerablemente. Todo dependerá, sin duda, del interés que la empresa promotora logre generar entre los inversionistas vinculados con ella, o del que pudiera surgir entre terceros, dispuestos a asociarse con este emprendimiento, o más bien decididos a lanzarse con uno propio.
Lo bueno es que la idea ya está lanzada, y que quizá en no demasiado tiempo Lima y el Callao tendrán un nuevo espacio para que su numerosa población pueda apreciar las maravillas de su fauna marina y sentirse más identificada con la naturaleza.
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