La alemana Organización Mundial contra el Hambre (Welt Hunger Hilfe) y el Instituto Internacional de Investigación de Políticas Alimentarias (International Food Policy Research Institute-IFPRI) publicaron ayer su ya conocido Índice Global del Hambre, importantísimo documento en el que analizan la evolución de este flagelo, que afecta a los países más pobres del mundo.
El índice (IGH) se construye de acuerdo a la siguiente fórmula:
donde:
PD es el porcentaje de la población que se halla desnutrida
NPI es el porcentaje de niños menores de 5 años con peso insuficiente y
MN es el porcentaje de niños que mueren antes de los 5 años
Tomando en cuenta esos elementos, se puede cuantificar la gravedad del problema, y evaluar si hay avances en el tiempo, así como elaborar un ranking, para ver quiénes son los más necesitados de ayuda. Este considera a los 84 países en los cuales más del 5% de su población padece hambre. Si el problema afecta entre el 5 y el 9.9% de la población, se considera moderado. Si afecta entre el 10 y el 19.9%, se le califica como serio. Si el porcentaje va desde 20 hasta 29.9% se considera alarmante, y de ser mayor o igual a 30%, extremadamente alarmante.
Si bien siete países latinoamericanos (Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica, Cuba, México y Uruguay) ya no están incluidos en el ranking, por haber logrado tasas de hambre consideradas menores, un grupo mayoritario de la región todavía lo está.
El Perú es uno de ellos. En nuestro país, que se ubica en el puesto 15 del mismo, aún sufre hambre el 7.3% de la población. De acuerdo con eso, su problema se considera moderado.
El país que ocupa el primer lugar de la lista, y que por lo tanto se halla próximo a abandonarla, es Siria, cuya población con hambre sólo equivale al 5.2% del total.
En cambio, como ya es sabido, los muy pobres países africanos se hallan en los últimos lugares, con elevadísimos porcentajes de su población afectados por el problema. El caso más grave lo constituye la República Democrática del Congo, en la que sufre hambre nada menos que el 39.1% de su población.
Según los autores del documento, una de las causas más importantes del problema se halla en la desigualdad de género. Por ello, una prioridad debe ser reducir la tasa de analfabetismo e incrementar el acceso a la educación de las mujeres. Asimismo, disminuir las inequidades en materia de salud y supervivencia entre ambos géneros.
Por otra parte, señalan que es preocupante la lentitud con la que se le viene reduciendo. Tomando como punto de partida el año 1990, el índice sólo ha disminuido en 25%. Lo ha hecho significativamente en el sudeste asiático, el medio oriente, el norte de África y América Latina y el Caribe, pero permanece alto en el sur de Asia, y especialmente en el África sub sahariana, donde el progreso ha sido mínimo, habiendo inclusive países (los señalados con rojo en el mapa que sigue) en los cuales el problema se ha agravado (en el Congo subió 53.3%).
El Perú, afortunadamente, es uno de los que han logrado disminuirlo más significativamente. En efecto, si se compara el porcentaje al inicio de dicho período con el actual, se concluye que el mal ha disminuido en 51%.
El país más exitoso ha sido Kuwait, que redujo el hambre en 76.8%. En América Latina, también han tenido un destacado desempeño, inclusive superior al peruano, Nicaragua (55.1%), México (54.6%) y Brasil (52.5%).
ojalá que mejoremos aún más y más rápidamente ne los años subsiguientes
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