Con carácter de urgencia, el Perú le venderá a Ecuador, a partir de estos días, y durante unos cuatro a seis meses, 1200 MW/hora de electricidad. Será por una potencia de entre 40 y 50 MW, que constituye el excedente con el que cuenta actualmente nuestro país.
Al margen de la preocupación que produce la situación energética de nuestro vecino, severamente afectado por una sequía que virtualmente ha paralizado su principal central hidroeléctrica, para los peruanos la noticia es motivo de satisfacción por varios motivos.
En primer lugar, obviamente, porque contribuirá a aliviar el grave problema mencionado en el párrafo anterior.
En segundo lugar, porque (aunque temporalmente) constituye para nuestro país un rubro adicional de exportación (y toda divisa extra siempre es bienvenida).
Pero hay otras dos grandes fuentes de satisfacción. La primera reside en el hecho de comprobar que nuestra oferta eléctrica ha sabido responder adecuadamente a las circunstancias, permitiendo, en la situación actual, disponer de un excedente. Si bien en algún momento se temió que dicha oferta no pudiera cubrir la creciente demanda, la reciente entrada en operación de nuevas centrales, así como la reactivación de otros proyectos de generación, están permitiendo dejar de lado tal preocupación (aunque no se puede negar que la desaceleración provocada por la crisis también ha contribuido en tal sentido). Este año se han incorporado casi 1,300 megawatts (MW) adicionales de capacidad instalada, y en diciembre entrará en operación la central de El Platanal, con 220 MW más.
La segunda fuente adicional de satisfacción reside en corroborar que tenemos un sistema eléctrico verdaderamente interconectado (desde Tacna hasta Tumbes) y funcional, efectuando, en este caso, un abastecimiento inclusive más allá de nuestras fronteras. Es notable saber que la electricidad que recibirán los ecuatorianos se origina a varios miles de kilómetros de distancia, en la central del Mantaro, en Ventanilla, en San Gabán, en Carhuaquero, en Charcani o quizá en el Cañón del Pato. Gracias al aporte de todas ellas, nuestros vecinos podrán ver aliviada, casi de inmediato, una buena parte de sus problemas en esta materia.
Cabe precisar, también, que afortunadamente ambos países tienen períodos de lluvias y sequías que difieren, por lo que, en situaciones como la actual, el que no se halla en etapa de sequía puede ayudar al abastecimiento energético del otro. Pero eso no sería posible sin un sistema eléctrico interconectado, como el que felizmente tenemos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario