Ya lo habían hecho dos de las tres grandes: primero Fitch y luego Standard and Poor's, que nos otorgaron el Grado de Inversión en el año 2008 (en el 2007 también lo había hecho la canadiense DBRS). Sólo faltaba Moody's, que se desligaba de la opinión de las otras dos y se mostraba más reticente.
Pero finalmente lo hizo hoy, al elevar desde el nivel Ba1 hasta el Baa3 el rating o calificación de los bonos soberanos de largo plazo en moneda extranjera que emite nuestro país. Hizo esto ante sus sólidos fundamentos, y sin duda también a la luz de la buena forma en que ha logrado sobrellevar la crisis, que, si bien provocó una fortísima desaceleración, no degeneró en recesión, ni alteró mayormente las principales variables macroeconómicas, que, en plena recuperación, auguran un muy buen 2010.
De esta manera, el Perú ya cuenta con el visto bueno de las tres principales agencias calificadoras del mundo, habiéndose puesto a la par con Brasil (que logró el visto bueno de Moody's hace apenas un par de meses), y a dos peldaños por detrás de México (Baa1) y cinco de Chile (A1), conformando el cuarteto latinoamericano más destacado en materia de credibilidad financiera internacional.
El comunicado de Moody's señala que "la elevación del rating refleja la incrementada resistencia peruana a los shocks y los cada vez menores riesgos crediticios asociados con la dolarización financiera y la composición de la deuda del gobierno." Hay evidencias de "una mejorada capacidad de absorción inclusive en relación con países de similar o mejor calificación, lo que confirma el status del Perú como ganador durante el reciente período de turbulencia económica y financiera global".
La nota de la entidad también menciona "la habilidad de las autoridades peruanas para poner en práctica medidas contracíclicas y guiar a la economía durante la fase de los shocks externos, evitando un aterrizaje brusco que hubiera provocado perturbaciones".
"Dichas medidas de estímulo fueron dadas en concordancia con las líneas rectoras definidas por la ley de responsabilidad fiscal, y después de deliberaciones en el Congreso, lo que constituye un hecho muy positivo, pues confirma la fortaleza institucional peruana en materia fiscal, e introduce un elemento de predictibilidad de política propio de países cuyos créditos soberanos tienen grado de inversión."
En lo que atañe a las potenciales vulnerabilidades crediticias, específicamente, la dolarización financiera y la alta participación de la moneda extranjera en la deuda gubernamental, Moody's señala que "ambas han sido mitigadas de manera gradual pero sostenida, atenuando los riesgos en comparación con los años previos, y fortaleciendo el perfil crediticio del país."
Acerca de la dolarización, explica que "la alta liquidez y la fuerte capitalización del sistema bancario, así como la existencia de estrictas medidas de regulación han servido para contener los riesgos cambiarios y proteger los resultados de las entidades del sector."
En cuanto al riesgo de eventos políticos de ruptura del escenario actual (uno de los aspectos que más suelen preocuparle), la agencia calificadora sostiene que "este continúa latente, pero cada vez se percibe más lejano, debido a la prolongada estabilidad macroeconómica, las favorables perspectivas de reanudación del crecimiento y las evidencias de un firme progreso en los indicadores sociales, incluyendo la reducción de las tasas de pobreza y las inequidades regionales." No obstante, concluye Moody's, "aún constituye una fuente de inquietud de mediano plazo, que restringe, de alguna manera, la calificación peruana. Esta restricción también se explica por un ingreso por habitante que se compara desfavorablemente con el de otros países de similar rating."
Ahora el siguiente paso a dar es el acuerdo energético con el Brasil, 60 mil millones de usd en proyectos de inversion energetica en los próximo años.
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