jueves, 7 de enero de 2010

Gas Natural: Acercándose la Hora de la Exportación

Este año se pondrá en operación uno de los más grandes y costosos proyectos llevados a cabo en la historia peruana: el de exportación de gas natural a México. El monto involucrado en él es de US$ 3,800 millones, por lo que se constituye en la más cuantiosa inversión extranjera directa efectuada en nuestro país.



El proyecto, también conocido como Camisea II o Melchorita, pertenece al consorcio Perú LNG (conformado por las empresas Hunt Oil Company de Estados Unidos, SK Energy de Corea, Repsol YPF de España y Marubeni de Japón). Consta de tres elementos fundamentales: el gasoducto, la planta de licuefacción y el muelle de exportación. Dado que la fecha inaugural se aproxima, todos ellos ya están sumamente avanzados, acercándose a su etapa de culminación.
El gasoducto es un ramal del ducto principal de Camisea. Parte desde la localidad de Chiquintirca, en el departamento de Ayacucho, capta parte del gas que viaja por este, y, tras un recorrido de 408 kilómetros (casi paralelo al del otro ducto), llega hasta la planta de Pampa Melchorita. Tiene un diámetro de 34 pulgadas y está enterrado a una profundidad media de un metro.


La planta de licuefacción, por su parte, se ubica en el kilómetro 169 de la carretera Panamericana Sur, en el extremo sur del departamento de Lima, en un terreno de 521 hectáreas. Allí se enfria drásticamente el gas natural, reduciendo su temperatura hasta los -163 grados centígrados, para convertirlo en líquido, disminuir su volumen en 600 veces y (previo almacenamiento en los gigantescos tanques que se observa en la foto que sigue) poder transportarlo en buques.
Por haber requerido una inversión de US$ 2,400 millones, esta planta se constituye en la infraestructura más costosa de todo el proyecto Camisea II.


El muelle, contiguo a la planta de licuefacción, será el punto de embarque del gas en los grandes buques metaneros que, aproximadamente cada cinco días, lo transportarán hasta México. Consta de un espigón de más de 1,000 metros de largo montado sobre pilotes (por el cual discurren las tuberías que abastecerán a las embarcaciones), una plataforma de carga, un canal dragado (paralelo a la costa) con una profundidad de 14 metros) y un rompeolas de 800 metros de largo en su cresta o parte visible.


Al margen de los impresionantes aspectos técnicos del proyecto, se debe señalar que el marco legal que lo sustenta está siendo fuertemente cuestionado, pues implica, según sus críticos, exportar un volumen de gas que no se corresponde con las necesidades de abastecimiento interno ni con los actuales niveles de reservas, menores que los inicialmente estimados. Además, implicaría venderlo en el exterior a la cuarta parte de su precio en el mercado interno, y considera un minúsculo monto de regalías, que requiere ser incrementado.
El problema surgió a raíz de dos hechos. El primero tuvo lugar cuando en el año 2005 se modificó la ley de 1999 que autorizaba la exportación sólo si se garantizaba un horizonte permanente de abastecimiento interno de 20 años. La modificación consistió en dejar de lado el fundamental concepto de "permanente". El segundo se produjo cuando se autorizó destinar a la exportación hasta 2 TCF del gas del Lote 88, que había sido reservado para el mercado interno.

Si bien el Consorcio Camisea ha hecho algunas concesiones, como la de comprometerse a no exportar en los siguientes cinco años el gas de dicho lote, el tema sigue provocando malestar, pues se está viendo cómo, en aras de la exportación, se postergan el cambio de la matriz energética y vitales proyectos eléctricos y petroquímicos. Debe cumplirse con el contrato, y hacer operar toda la grandiosa infraestructura de Melchorita, pero llevando a cabo las correcciones que el país requiere.

2 comentarios:

  1. Entonces cual es el chiste , si "y considera un minúsculo porcentaje de regalías...." Siempre estan diciendo que regalamos nuestros materias primas y creeme que cada vez estoy mas cerca de creerlo

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  2. Hubo un error, que ya corregimos. Debió decir monto en lugar de porcentaje. El problema está en el bajo precio internacional actual, que haría que, cuando se comience a exportar, el porcentaje de regalías (que es significativo, pues es variable y va hasta el 38%) equivalga a un monto igualmente bajo. Esto contrasta, por ejemplo, con las regalías que se pagaría por el gas destinado a las petroquímicas, cuyo precio sería mucho mayor, haciendo que las regalías también lo sean. Por ello, existía la intención, por parte del gobierno, de efectuar una renegociación. El tema es sumamente técnico y complejo, y está sujeto a diferentes interpretaciones y argumentos.

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