Aunque probablemente no alcance una tasa de dos dígitos, el crecimiento de la producción de agosto podría estar bastante cerca de ese nivel. Así se puede deducir a partir de ciertas cifras que ya comienzan a aparecer, como las mostradas ayer por el Banco Central de Reserva en su resumen informativo semanal.
Allí se señala, por ejemplo, que la producción de hidrocarburos (de la mano del gas extraído del lote 56 para la exportación) aumentó nada menos que 43.9%.
También lo hicieron significativamente (en 11%) los despachos de cemento, sin duda impulsados por el auge del sector construcción, evidente en obras de todo tipo, entre ellas el tramo Villa El Salvador-Grau del Metro de Lima, que ya entra a su fase final. Obviamente, la mayor producción de este fundamental insumo apuntalará las cifras industriales.
Otra buena señal es la producción de electricidad, que siguió creciendo fuertemente (9.2%), reflejando la creciente demanda de diversos sectores, particularmente la manufactura, su principal cliente.
De otro lado, las importaciones han crecido a una altísima tasa (50%), evidenciando tanto la fortaleza de la inversión privada (que importa bienes de capital e insumos) como del consumo (que importa bienes de consumo). Esto último, sin duda, se reflejará en el dinamismo del sector comercio.
Lamentablemente, la pesca se desplomó, como resultado de una transitoria prohibición de capturas. Afortunadamente, su escaso aporte al PBI permitirá atenuar el efecto de la caída.
A los buenos indicios mencionados se debe sumar el efecto estadístico, pues en agosto del 2009 la producción decreció 0.17%, lo que establece un punto de comparación muy fácil de superar y permite prever una cifra de crecimiento que, aunque probablemente no llegue a dos digitos, será bastante importante.
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