Ya se Exporta por la Interoceánica del Sur

La Carretera Interoceánica del Sur, que quedó totalmente operativa con la apertura del puente Continental, ya comienza a rendir beneficios a los dos países por los que discurre: Brasil y el Perú.

En efecto, las noticias de hace algunos días nos dijeron que un cargamento de 25 toneladas de cebolla peruana, proveniente del departamento de Ica, traspasó la frontera y llegó a los mercados de Rio Branco (en el estado de Acre) y Porto Velho (en Rondonia), en la amazonía brasileña. De esa manera, los pobladores de esa zona del vecino país accedieron a un producto a un precio mucho más cómodo que el actual, pues este no tuvo que viajar miles de kilómetros (desde Argentina), sino que pudo llegar, mucho más rápido y a menor costo, desde una región mucho más cercana, como la costa peruana.

El puente Continental (en Puerto Maldonado), vital infraestructura de la Interoceánica.

Y nuestros productores se benefician con un nuevo gran mercado. Esta es solo una muestra del mundo de oportunidades que se abre con la flamante carretera. A la cebolla, sin duda, le seguirán los ajos, tomates, aceitunas, espárragos, papas, páprika, quinua, maca, melones, sandías, uvas, paltas, alcachofas, y, en fin, toda la enorme variedad de hortalizas, frutas y demás productos que se cosecha en todo el sur y en las demás regiones de nuestro país, que se irán sumando a la fiebre exportadora por la nueva ruta.

Pero no solo habrá productos agrarios. Con el tiempo también transitarán por allí productos mineros, industriales, pesqueros, materiales de construcción (cemento, piedra chancada), fertilizantes, artesanías, lanas finas, etc. La canasta exportadora será cada vez mayor.

Serpenteante carretera selvática, rumbo a Brasil. (Foto: Sepres)

Y ni qué decir del turismo, que inclusive antes de la conclusión del puente ya estaba fluyendo en cantidades apreciables, con miles de brasileños descubriendo que la bella e imperial Cusco, la fabulosa Machu Picchu y el gran lago Titicaca están -gracias a la nueva ruta- mucho más cercanos de lo que habían imaginado. Los buses de Ormeño, que saltaron a las noticias con sus maratónicas y precursoras travesías de casi 6 mil kilómetros por esta vía (uniendo Lima y Sao Paulo) son apenas el primer capítulo de todo lo que en el futuro se verá en ella.

Considerando que la flamante carretera opera bajo la forma de concesión, estaba prevista la instalación, en varios puntos de su extenso recorrido, de centros de peaje, que a estas alturas ya deben estar en pleno funcionamiento. Allí, además de las casetas para el pago por el uso de la vía y de un área administrativa y de fiscalización (con presencia de la SUNAT), se había previsto la existencia de multiservicios, con estaciones de servicio y grifos, establecimientos de venta de snacks, servicios higiénicos y cajeros automáticos, entre otras cosas, con el fin de brindar más comodidades a los viajeros.

Como vemos, la Interoceánica, cuyo flujo vehicular actual ya iguala al que se había previsto para dentro de siete u ocho años, comienza a mostrar su importancia, a retribuir lo invertido y a rendir frutos. Gracias a ella, la interconexión física y económica, tan inexplicablemente postergada, entre Brasil y el Perú, por fin comienza a hacerse realidad.