La razón para recurrir a un índice como el referido es la siguiente: en economía, para que la comparación entre diversos datos de uno y otro país sea válida, y no esté sujeta a las fluctuaciones de variables tan volátiles y discrecionales como el tipo de cambio, se apela a la teoría de la paridad del poder adquisitivo. Ésta se basa en un dólar cuyo valor no varía de un país a otro, y por lo tanto puede comprar una misma canasta de productos (idénticos) en cualquier parte del mundo.
Simplificando al máximo, y para aplicar dicha teoría al tema cambiario, The Economist emplea una canasta de referencia compuesta por un único producto: la muy conocida hamburguesa Big Mac. La eligió por una razón muy poderosa: porque se vende en unos 120 países del mundo, y porque en todos ellos emplea métodos e ingredientes casi idénticos. Por lo tanto, es un bien prácticamente igual, con un costo que también debería serlo. De esa manera, si su precio en Estados Unidos es de US$ 4.56, también debería serlo en todas partes. Si en un país cuesta más, significa que su moneda está sobrevalorada; en tanto que si cuesta menos, está infravalorada.
Eso se aprecia con nitidez (ver cuadro de arriba) en los casos de Noruega y la India. En el país europeo, la Big Mac cuesta nada menos que US$ 7.51, revelando una sobrevaloración de 64.7% de la corona noruega. En cambio, en la India solo cuesta US$ 1.50, indicando que la rupia tiene un valor 59.98% más bajo del que le corresponde.
Para averiguar la paridad en dólares, basta convertir el precio en la moneda nacional de cada país por el precio en dólares que la hamburguesa tiene en Estados Unidos.
En este siglo, pese a su notoria revaluación, el Sol continúa infravaluado.
El mismo resultado se obtiene comparando el precio de venta en dólares de la hamburguesa en nuestro país con el vigente en Estados Unidos. Aquí, el precio de una Big Mac el día 10 de julio (10 nuevos soles) equivalía, al tipo de cambio de 2.78 soles por dólar, a 3.59 dólares. Dado que en Estados Unidos la misma hamburguesa costaba 4.56 dólares, significa que nuestra moneda está subvaluada (respecto de su nivel real) en 21.1% (3.59/4.56).
Ello implica que nuestra moneda aún tiene margen para incrementar su valor frente al dólar, buscando su precio de equilibrio, que, según The Economist, se hallaba (a la fecha del estudio) en 2.19 soles por dólar.
Si bien lo explicado no parece estar respaldado por lo que viene aconteciendo actualmente en el mercado cambiario, pues nuestra moneda (al igual que muchas otras del mundo) más bien se ha debilitado frente al dólar, sí lo estaba hasta hace un tiempo, pues el sol y las demás monedas se venían moviendo hacia el nivel de equilibrio señalado por el semanario británico. Sin duda, el anuncio norteamericano de ajustar su política monetaria ha influido en las expectativas de evolución del dólar, pero es probable que en el mediano plazo las proyecciones cambiarias aquí señaladas vuelvan a ser avaladas por la realidad.
De los países considerados en el estudio, la India y Sudáfrica son los que poseen las monedas más infravaloradas (67.1% y 60.0%, respectivamente), teniendo, por ende, una amplia capacidad para revaluarlas. Pero, sin duda, el caso más notorio es el de China, que como la enorme potencia económica y comercial que es, afecta con sus políticas a un gran número de países. Eso es lo que ocurre con su moneda, el yuan, que al estar subvaluada nada menos que 42.8%, obstaculiza las exportaciones provenientes del resto del mundo. De los países latinoamericanos considerados en el estudio, México es el de mayor infravaloración de su moneda (37.3%).
Contrariamente, Noruega y Venezuela son los países con las monedas más sobrevaluadas (64.7% y 57.0%), lo que lleva a pensar en probables devaluaciones futuras, especialmente en el país sudamericano, afectado por una creciente inflación. Lo propio, aunque en un nivel menor, ocurre con el franco suizo (sobrevaluado en 47.5%). En América Latina, el segundo caso más importante de sobrevaluación corresponde al real de Brasil (16.0%).
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