En octubre del año 2012 comenzó a operar, y hace menos de un mes recibió su mayor espaldarazo, con el cierre y demolición del antiguo y caótico mercado de La Parada, al que estaba destinado a reemplazar. Hoy, el mercado mayorista de Santa Anita, ya consolidado como el principal centro de abastos de Lima, mira con optimismo su futuro.
En ese marco de cosas, acaba de otorgar la buena pro para la ampliación que requiere, y que estaba prevista desde hace mucho tiempo. Como se recuerda, el mercado fue comenzado a construir en la década de 1990, durante la gestión del alcalde Ricardo Belmont, que levantó seis pabellones (tipo A) en su lado norte, los mismos que nunca llegaron a funcionar. Luego, en el 2010, el alcalde Luis Castañeda construyó cuatro pabellones (tipo C), los más grandes allí existentes (de 10 mil metros cuadrados cada uno), y que son los que actualmente concentran las operaciones.
Ahora, con los trabajos de ampliación mencionados, que demandarán una inversión de aproximadamente 42 millones de soles (unos US$ 15 millones) y que deberán concluir a mediados del próximo año, se busca reconstruir y poner operativos los seis pabellones construidos por Belmont, y construir otros dos, uno del tipo B (para almacenamiento) y otro del tipo D (para venta directa en camiones), quedando para después dos más de cada uno.
Gracias a ello, el mercado ganará una importante área adicional (para nada menos que 480 puestos sobre los 640 actualmente existentes) y podrá mejorar las condiciones en las que viene funcionando. Las obras también incluyen la remodelación de las puertas de acceso aledañas y las veredas perimetrales de la avenida La Cultura.
Las noticias positivas no quedan allí. También existe una propuesta privada para construir, con una inversión de US$ 118 millones, dos gigantescos pabellones de 20 mil metros cuadrados cada uno, dotados de equipos de refrigeración y procesamiento de los productos.
Y no se debe olvidar que desde hace varios años está planteada la idea de construir un ramal ferroviario de 700 metros de largo, para que el ferrocarril central pueda ingresar directamente al mercado, trayendo consigo la abundante oferta de productos de las zonas del interior por las que discurre. Dada la notable capacidad de carga de dicho medio de transporte, muy superior a la de los camiones, ello permitiría bajar los fletes de los alimentos, descongestionar notablemente la estrecha y saturada carretera central y consolidar aún más a Santa Anita en su ya protagónico rol.
1ra Foto: Andina
2da y 3ra Fotos: Municipalidad de Lima
Que bien que ya este funcionando tremendo mercado, y hay que seguir ampliandolo.
ResponderEliminarPor fin desaparecio la parada; hay que seguir modernizando todo.
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