Como se sabe, la Línea 2 tendrá un recorrido de 27 kilómetros de largo, entre el puerto del Callao y el distrito de Ate, ubicado al este de la capital. El tramo de la línea 4, por su parte, será de 8 kilómetros de largo, y recorrerá, siguiendo la ruta de la avenida Faucett, desde la avenida Colonial hasta la avenida Gambetta, pasando por el aeropuerto internacional Jorge Chávez.
El monumental proyecto, que demandará nada menos que US$ 5,658 millones (la inversión más elevada jamás llevada a cabo en nuestro país), implicará varios hechos novedosos para nosotros los peruanos.
El primero de ellos será que la totalidad de la obra será subterránea, lo cual, a su vez, dará lugar a otro hecho inédito en Lima: el empleo de dos impresionantes tuneladoras (de 10.20 metros de diámetro), que harán la mayor parte de la excavación. Sin embargo, dado que la construcción de estas enormes máquinas demandará un buen número de meses, los trabajos iniciales se llevarán a cabo mediante métodos convencionales de perforación.
La tercera gran novedad estará dada por el empleo de trenes automáticos (sin conductor), algo de lo que no muchas ciudades del mundo se pueden jactar.
Dichos trenes serán de último modelo, similares a los que se estrenará el próximo año en la ciudad de Milán (con motivo de la Expo Universal 2015), lo que asegura el empleo de la tecnología más avanzada. Nuestros trenes sólo diferirán levemente de los milaneses (que se pueden ver en el video que acompaña esta nota) en su diseño frontal y en la disposición de los colores.
Y una última novedad estará dada por el tamaño de sus estaciones, que serán de 150 metros de largo, con lo cual tendrán cabida para trenes de hasta siete vagones.
Con la firma de ayer, quedó oficializado el contrato y también comenzaron a correr los plazos de ejecución. La idea es que el primer tramo, el 1-A, de 5 kilómetros y cinco estaciones, comprendido entre la Vía de Evitamiento y el Mercado de Santa Anita, quede inaugurado en mayo del año 2016, y que la totalidad de la obra lo sea dentro de cinco años, en el 2019. Ojalá los trabajos marchen de acuerdo a lo previsto, para poder disfrutar, en tan sólo dos años, de la primera parte de tan magnífica obra.
Ojalá que las demás líneas se concesionen antes del 2016, no vaya a ser que en un posible tercer gobierno de García se le ocurra hacer un tren elevado por la berma central de la Arequipa.
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