Entre esos elementos que debilitan nuestra capacidad se hallan la elevada dependencia de la exportación de materias primas (sin un adecuado valor agregado derivado de un mayor procesamiento industrial), la escasa competitividad, la masiva informalidad, la carencia de una infraestructura adecuada, la mala calidad educativa, el escaso desarrollo tecnológico, la baja productividad, etc.
Los objetivos concretos del plan son los siguientes
• Lograr tasas de alto crecimiento económico que sean sostenibles en el largo plazo.
• Aumentar el empleo formal y de calidad.
• Reducir la dependencia de la economía peruana de los precios de las materias primas.
• Acentuar la transformación productiva necesaria para transitar hacia el nivel de las economías de ingresos altos.
• Generar entre los peruanos una visión de largo plazo sobre la necesidad de diversificar la economía nacional.
Sus detalles se pueden apreciar en el video adjunto, que es sumamente explícito, didáctico y claro en la presentación de las propuestas.
Éstas se basan en tres ejes estratégicos:
- Promoción de la Diversificación Productiva
- Reducción de Sobrecostos y Regulaciones Inadecuadas
- Expansión de la Productividad
El segundo eje se abocará a incrementar la rentabilidad y la inversión de las empresas, mediante una mejor adecuación de las regulaciones. El objetivo es resolver las fallas que suelen surgir en la actividad regulatoria del Estado cuando éste busca incrementar el bienestar social (especialmente en rubros como los de empleo, salud, seguridad, medio ambiente, etc). Mediante estas disposiciones se beneficiará más a las empresas cuyas pesadas estructuras de costos impactan negativamente en su producción.
El tercer eje, por su parte, tendrá como finalidad incrementar la producción y reducir la heterogeneidad (al dirigirse a todos los sectores, al margen de su nivel de desarrollo y su productividad).
Aquí se pondrá énfasis en tres temas centrales: a) la provisión de insumos con baja o inexistente disponibilidad, para elevar la productividad de los trabajadores (infraestructura productiva, servicios logísticos, servicios públicos, etc.); b) la reducción de costos mediante mecanismos de competencia, parques industriales con mejores condiciones de precios (electricidad para clientes libres, conectividad, agua y saneamiento, bienes raíces, entre otros), y c) esquemas de difusión tecnológica que permitan mejorar la productividad en regiones o sectores rezagados.
Esos planteamientos serán llevados a la práctica en el marco de una visión integral, en la cual también juegan un papel central las reformas de la educación, la salud y el servicio civil, una política social moderna, una regla fiscal con énfasis en la eficiencia del gasto público y un plan de construcción de nueva infraestructura. Todos esos aspectos, desarrollados por el Estado de una manera transversal, ayudarán a fortalecer las capacidades productivas. Según el plan, "si bien el país cuenta con un gran potencial que aún no ha sido plenamente aprovechado, existe el riesgo de perder mucho de lo avanzado si se cae en la complacencia o se comete el error de pensar que el futuro está asegurado."
Como se puede ver, y como lo ha señalado el ministro, no se trata de ideas demasiado novedosas, sino de un afán de tomar las ya recomendadas en multitud de estudios y ponerlas en práctica, pero de una manera mucho más seria, sistemática e institucional, con el fin de que se consoliden como políticas de largo plazo, que trasciendan a los gobiernos y repercutan favorablemente en la economía.
Tampoco se trata de iniciar un camino diferente al del libre mercado y la apertura, ni uno que desatienda los sectores en los que el Perú tiene reconocidas ventajas comparativas y competitivas. Lo que se busca es desarrollar nuevas potencialidades, pero sin perder de vista que el país ya tiene una base (en la minería, la pesca, la agricultura, el turismo, etc) e importantes fortalezas asociadas a ella. Según el plan, la explotación de recursos naturales continuará siendo protagonista, y uno de los elementos a partir de los cuales se seguirá creando nueva capacidad productiva y de transformación.
Siendo así, no queda sino saludar la iniciativa, esperar que se ponga en práctica lo más pronto posible y desearle el mayor de los éxitos, para que nuestra economía fortalezca los aspectos en los que aún muestra debilidades y responda cada vez mejor a los requerimientos actuales.
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