Si bien superó ampliamente a las del segundo y último trimestres del año anterior, la inversión extranjera directa (IED, aquélla que arriba al país con intención de participar en proyectos productivos de largo plazo) del segundo trimestre de este año no fue todo lo alta que se hubiera deseado, e inclusive resultó menor que la del primero.
En efecto, según los datos recientemente publicados por el Banco Central de Reserva (BCR), la IED en el período en mención ascendió a US$ 2,194 millones, lo que implicó una reducción frente a lo observado en el primer período del año (US$ 2,589 millones).
Con ello, la acumulada entre enero y junio asciende a US$ 4,783 millones, monto menor en 17% al de similar período del 2013 y en 13% al de igual período del 2012. Como vemos, este tipo de inversión no es ajena a los factores que retrajeron la inversión privada y generaron la fuerte desaceleración de la economía (con un crecimiento de apenas 1.7%) en el segundo trimestre. La incertidumbre aún reinante a nivel internacional, la lenta recuperación de nuestros principales socios comerciales, la posibilidad de un encarecimiento del crédito por efecto del ajuste monetario de Estados Unidos y algunas señales poco claras emitidas desde el ejecutivo se hicieron sentir en las cifras.
De los US$ 2,194 millones cuantificados en el segundo trimestre, US$ 1,612 millones (73%) correspondieron a reinversiones (utilidades que en lugar de ser repatriadas se emplean para seguir ampliando la capacidad instalada y atender otros requerimientos), US$ 367 millones (17%) a aportes y otras operaciones de capital (dinero fresco que ingresa al proyecto o empresa) y US$ 215 millones (10%) a préstamos netos con la matriz (diferencia entre los montos de préstamos recibidos de ésta y los devueltos).
Para el semestre, los porcentajes fueron de 56%, 19% y 25%, respectivamente.
Considerando las cifras mencionadas, el stock total de IED acumulada por nuestro país asciende a US$ 76,637 millones, cifra que representa aproximadamente el 38% del producto bruto interno.
Es de esperar que los siguientes meses sean, de la mano de la recuperación de la IED y toda la inversión privada, de reactivación generalizada de la economía. Los grandes proyectos previstos en diversos sectores permiten ser optimistas al respecto.
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