Esa precursora central (de cuyas características y proceso de instalación nos informa el interesante video adjunto) fue inaugurada en mayo de este año, y está conformada por once aerogeneradores, que poseen una capacidad total de generación de 32 megawatts (MW). Pertenece al español Grupo Cobra, que invirtió en ella US$ 61 millones.
Pero ahora se le acaban de sumar otras dos: las de Cupisnique (en las proximidades de la ciudad de Pacasmayo, departamento de La Libertad) y Talara (en la entrada de dicha ciudad, en Piura). Ambas pertenecen a Contour Global, empresa de Estados Unidos que, en virtud de sendas concesiones, las financió y operará durante veinte años. Sus aerogeneradores son de la marca danesa Vestas, modelo V100.
A la izquierda la central de Cupisnique, y a la derecha la de Talara (Fotos: OSINERGMIN)
La primera demandó una inversión de US$ 242 millones. Está dotada de 45 generadores (de 1.8 MW cada uno), que le dan una potencia total de 83.15 MW, y la convierten, de lejos, en la más grande central eólica del país. La electricidad que genera es transportada mediante una línea de transmisión a 220 kilovoltios (KV) y de 28 kilómetros de largo hasta la subestación de Guadalupe, donde es entregada al sistema interconectado nacional.
Así funciona un aerogenerador
La segunda requirió US$ 101 millones. Cuenta con 17 generadores (de 1.8 MW cada uno) y una potencia de 30.86 MW. La energía que produce es aportada al sistema interconectado nacional mediante una línea a 220 KV y de 1.3 kilómetros de largo que llega hasta la subestación de Pariñas.
Ambas entraron en operación comercial el 3 del presente mes. Gracias a ellas la actividad eólica, una de las de más reciente incursión en nuestro escenario energético, incrementa su aporte a los requerimientos nacionales de este vital insumo.
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