Confirmando que el panorama externo dista mucho de haberse despejado, la inversión extranjera directa (IED) registró en el tercer trimestre uno de sus niveles más bajos de los últimos tres años.
En efecto, la última nota semanal del Banco Central de Reserva (BCR) señala que el monto fue de US$ 1,044 millones, muy inferior al de los dos primeros trimestres del presente año y sólo superior, en los últimos tres años, al del último trimestre del 2013.
Según la entidad, US$ 1,089 millones de dicho total fueron explicados por las reinversiones (utilidades que en lugar de ser repatriadas se emplean para seguir ampliando la capacidad instalada y atender otros requerimientos) y US$ 170 millones por préstamos netos con la matriz (diferencia entre los montos de préstamos recibidos de ésta y los devueltos). Contrariamente a lo visto en los últimos dos años, esta vez los aportes y otras operaciones de capital (dinero fresco que entra a los proyectos o empresas) fueron negativos en US$ 170 millones.
Con ello, la cifra acumulada en lo que va del año alcanza los US$ 5,524 millones y resulta menor en US$ 2,814 millones a la que a estas alturas se tenía el año anterior.
La debilidad económica internacional (reflejada en la desaceleración de la mayoría de economías) y la inquietud que provoca la inminencia del alza de la tasa de interés en Estados Unidos (con su consecuente absorción de recursos financieros e inversiones) se están dejando sentir, tanto por el lado de la disminución de rentabilidad de los proyectos como por el del encarecimiento y restricción del crédito, factores ambos que restringen las inversiones.
De acuerdo con los datos reseñados, el stock de IED acumulado por nuestro país llega a US$ 77,379 millones, monto que equivale al 37.8% del producto bruto interno.
El próximo año se espera la concreción de varios importantes proyectos, circunstancia que, aunada a la del paulatino retroceso de la incertidumbre internacional, seguramente contribuirá a que los flujos de esta fundamental fuente de recursos comiencen a recuperarse.
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