Como suele suceder en todos los lugares donde se construye un sistema de transportes de este tipo, el Metro de Lima ha comenzado a dinamizar la zona de San Juan de Lurigancho por la cual discurre.
Así lo demuestra el video adjunto, propalado por la estatal cadena TV Perú. Allí se aprecia que en la larga avenida por la cual circulan los vistosos trenes Alstom Metropolis comienza a emerger una gran cantidad de establecimientos comerciales, afanosos por captar la atención y demanda de las decenas de miles de personas que se movilizan diariamente en este moderno medio de transporte.
Lo allí dicho se basa en un estudio efectuado por el Instituto Nacional de Estadística e Informática, el cual señala, entre otras cosas, esto:
"La puesta en funcionamiento del segundo tramo de la línea 1 del Metro de Lima ha impulsado la creación de nuevos negocios y el reemplazo de otros, a lo largo de la Avenida Próceres de la Independencia y sus principales transversales que coinciden con las estaciones del tren. Así, se observa la apertura de establecimientos de comida rápida, cadenas de restaurantes y farmacias, colegios e institutos educativos, entre otros; mientras que, han cerrado microempresas dedicadas a la reparación y mantenimiento de vehículos, que antes eran características en dicha vía."
En suma, la nueva ruta ha revitalizado una franja de varios kilómetros de la parte medular del distrito más poblado del Perú, poniéndola en vitrina como punto de encuentro entre la oferta desarrollable allí y la demanda proveniente de los miles de potenciales clientes que emplean diariamente el metro. Como para que el efecto positivo se extienda un poco más allá de la zona y de lo meramente comercial, abarcando paralelamente lo estético, sería muy deseable que también se tradujera en techos limpios y fachadas de viviendas mucho más presentables que las actuales.
Es de esperar, asimismo, que el impulso revitalizador aquí mencionado también ocurra en las zonas del Callao, Ate y los otros numerosos distritos por los que discurrirán la subterránea Línea 2 y el ramal de ocho kilómetros (también subterráneo) de la Línea 4.
Nuestra capital ha languidecido durante décadas, agobiada por la falta de infraestructura moderna y por sistemas de transporte caóticos que no contribuían en nada a generar el orden mínimo que propiciara las inversiones y el afán de mejora. Felizmente, eso ha comenzado a cambiar con el metro.
Foto: Andina
Estimado Pedro Egúsquiza:
ResponderEliminarQue gusto que se exista un "impulso revitalizador" en San Juan de Lurigancho, gracias a la implementación de un verdadero sistema moderno de transporte y no la improvisación de normas municipales con rutas exclusivas para buses en mal estado pintados de azul, logrando entorpecer y retrasar los viajes de la población a su destino.
He visto el video y leído el informe, pero más aún, he visitado la zona hace unas semanas, y aunque cueste creerlo casi no hay ambulantes, es decir se está desplazando a la informalidad, que antes imperaba en este lugar.