En tres de las siete principales economías latinoamericanas la inflación se mantiene elevada debido a los desequilibrios fiscales derivados de un exceso de gasto público.
Pero en todas la devaluación de sus monedas, que eleva los precios en moneda nacional de los bienes que importan, también se ha convertido en un factor a tomar en cuenta.
Eso se puede ver en el siguiente cuadro, que con información obtenida de los bancos centrales o institutos de estadística, muestra la inflación de octubre, acumulada y anual de esas economías de la región.
La más baja es la de México, cuya tasa acumulada sólo asciende a 1.16%, siendo la anual de 2.48%.
Le sigue la del Perú, que al haber sido de 0.14% en octubre, acumula una de 3.58% desde enero y una de 3.66% en los últimos doce meses. Dado que ésta se halla fuera del rango meta, es pertinente seguir luchando por reducirla.
El último país con una tasa medianamente aceptable es Chile, cuyo dato anual es de 4%.
Los países que siguen registran indicadores preocupantes, desde Colombia que con un guarismo de 0.68% en octubre ya alcanza uno anual de 5.89%, hasta Venezuela, que sólo muestra datos hasta fines del año 2014 y de la cual se sabe que ya transita por la triste realidad de la hiperinflación, con una tasa bastante superior al 100%.
Entre ambos países se ubican Brasil, que lejos de disminuir su dato lo aumenta (ha tenido uno de 0.82% en octubre), y Argentina, cuya información suscita muchas dudas y deberá ser revisada cuando se instale un nuevo gobierno.
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