La inversión extranjera directa, aquélla que arriba al país para participar en proyectos de largo plazo, registró en el primer trimestre del presente año una cifra bastante modesta, de US$ 1,027 millones.
De ese total, US$ 1,036 millones correspondieron a reinversión de utilidades (utilidades que en lugar de ser repatriadas se emplean para seguir ampliando la capacidad instalada y atender otros requerimientos), US$ 265 millones a aportes y otras operaciones de capital (dinero fresco que entra a los proyectos o empresas) y -US$ 274 millones a préstamos netos con la matriz (diferencia entre los montos de préstamos recibidos de ésta y los devueltos).
Sin embargo, pese a su bajo monto, la cifra representa una notable mejora si se le compara con la del último trimestre del año pasado, que llegó a apenas US$ 193 millones.
En los últimos cuatro años, la IED ha mostrado una clara tendencia a la baja, afectada por la desaceleración de la economía mundial y la consecuente baja de precios de commodities como los metales. Dicha situación restó atractivo a los proyectos mineros, que constituyen el principal imán de dicho flujo. Otro factor en contra ha estado dado por la posibilidad, aún latente, de que Estados Unidos ajuste su política monetaria, lo que genera nerviosismo en los mercados de capital y la reevaluación de los flujos de inversión. Además, en el último año ha estado presente la incertidumbre interna, propia del proceso electoral, en el que se temía que pasara a la segunda vuelta una opción poco amigable para con la IED, especialmente minera. Así, de los US$ 11,918 millones del año 2012 se pasó a 9,299 en el 2013, a 7,885 en el 2014 y a 6,861 en el 2015.
Ahora, despejadas varias de esas dudas, se espera una paulatina recuperación de los montos, de la mano del retorno de mejores tasas de crecimiento de la actividad productiva y del ingreso a la etapa más intensa de varios grandes proyectos en cartera, entre ellos la Línea 2 del Metro de Lima, el gasoducto del Sur, el puerto de Pisco y el aeropuerto de Chinchero. Sin embargo, para lograr montos como el que marcó record en el año 2012 será necesario mejorar sustantivamente tanto el ambiente macroeconómico como todo aquéllo que tiene que ver con la tranquilidad y estabilidad política, la transparencia, la institucionalidad y la seguridad.
Por otro lado, el monto acumulado o stock de IED llega a US$ 87,141 millones, cifra que equivale aproximadamente al 45% del producto bruto interno.
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