La Carretera Longitudinal de la Sierra está destinada a atravesar, con su recorrido de varios miles de kilómetros desde la frontera con Bolivia hasta aquélla con Ecuador, toda la zona andina de nuestro país, y a unir a los numerosísimos centros poblados que se hallan a su paso.
Ya no falta mucho para que eso se haga realidad, pues la vía tiene un considerable avance, no a nivel de un simple afirmado (como el que ya tenía desde hace mucho tiempo), sino de asfaltado. para que se convierta en una ruta rápida, segura, y de tránsito ininterrumpido.
Eso es claramente visible en la sierra sur del país, donde gracias a la inversión de los sucesivos gobiernos, ha ido incrementando su extensión, con un pavimento muy adecuado, que ha implicado un salto cualitativo frente a las superficies de rodadura que existían antes, y que ha permitido una real integración de las poblaciones adyacentes.
De eso pueden dar fe los departamentos de Puno, Cusco, Junín, Pasco, Huánuco y Áncash, para los cuales la carretera, completamente asfaltada desde hace un buen número de años, constituye su columna vertebral en materia vial. Y ya casi hacen lo propio Apurímac, Ayacucho y Huancavelica, donde en los años recientes la vía también ha ido quedando completada en su versión asfáltica.
Es en el norte donde menos se había avanzado. Por esa razón, allí, en La Libertad y Cajamarca, están concentrados los esfuerzos actuales, que avanzan con tal intensidad que ya permiten avizorar una pronta culminación. Y es también a causa de eso que el organismo supervisor OSITRAN ha publicado las imágenes adjuntas, en las que se aprecia los muy atractivos sitios arqueológicos y turísticos de esa parte del país que pronto podrán ser visitados gracias a una Longitudinal de la Sierra totalmente asfaltada, extensa, moderna, amplia y segura.
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