Argentina, que en los últimos años se constituyó, junto con Venezuela, Brasil, Ecuador y otros países en uno de los adalides de las políticas heterodoxas en América Latina, está de regreso de dicho enfoque.
Es que su nuevo presidente, Mauricio Macri, decidió enrumbarla por una vía muy diferente, alejada del desmesurado protagonismo estatal, y de los excesivos controles y proteccionismos, así como de las políticas fiscales dispendiosas, de grandes subsidios que alteraban las finanzas públicas, y de numerosas distorsiones que desequilibraban la economía, como lo demuestra la aún alta inflación imperante allí.
Hoy, Argentina está en una vía de mucho mayor libertad económica y apertura. En esa línea de pensamiento está propiciando el arribo de capitales de todas partes del mundo, que puedan aprovechar las notorias ventajas del país y las oportunidades que ofrece, y así contribuir al crecimiento sostenido, ése que constituye la forma más sana de mejorar los niveles de ingreso y bienestar de la población.
En los apenas ocho meses que tiene en el poder, Macri ya ha obtenido logros significativos, como los de poner orden en el mercado cambiario (donde ahora prima la libertad de comprar y vender dólares), llegar a acuerdos con los "fondos buitres" y otros acreedores (consiguiendo con ello la apertura del vital crédito internacional), reducir notablemente el riesgo país, quitarle fuerza a la inflación (que en agosto acaba de registrar un resultado de apenas 0.2%, es decir, de precios que casi no crecieron) y notorias mejorías de las expectativas empresariales y de la confianza del consumidor, que hacen vislumbrar que la actividad económica, luego de tocar fondo, pronto comenzará a recuperarse.
Por si fuera poco, está dando pasos importantes en política internacional, que dejen claro que hay un nuevo enfoque, muy distinto al anterior. Ejemplos de ello son sus afanes de restablecer relaciones cordiales con Estados Unidos y de acercarse a la Alianza del Pacífico, importante bloque regional caracterizado por sus políticas de libre mercado y apertura, muy distintas a las que Argentina había practicado en lo que va del siglo.
El primer y tercer videos aquí presentados (referidos a un foro internacional inaugurado hoy que invita a invertir en el país) son sumamente representativos de ese nuevo espíritu y esa nueva mentalidad, los mismos que, en conjunción con esos aún incipientes buenos resultados, están comenzando a ser observados y valorados internacionalmente.
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