De ese total, US$ 1,135 millones correspondieron a reinversión de utilidades (aquéllas que en lugar de ser repatriadas se destinan a seguir ampliando la capacidad instalada y atender otros requerimientos), US$ 657 millones a préstamos netos con la matriz (diferencia entre los montos de préstamos recibidos de ésta y los devueltos) y US$ 172 millones a aportes y otras operaciones de capital (dinero fresco que entra a los proyectos o empresas).
Los mencionados datos están acordes con la gradual recuperación de la economía mundial y los precios de nuestros commodities de exportación. Con mejores precios de nuestros metales y mayor disponibilidad de recursos financieros, las inversiones mineras (nuestro principal imán para la IED) encaran un panorama más alentador que en los dos años previos. A esos favorables elementos se agregan la cada vez más visible recuperación de nuestra economía y la llegada de un nuevo gobierno cuyas primeras acciones han puesto énfasis en el destrabe de varios fundamentales proyectos, como la Línea 2 del Metro, los aeropuertos de Lima y Chinchero y el Gasoducto del Sur.
Cabe señalar, sin embargo, que la reciente elección del presidente Trump en Estados Unidos ha establecido un panorama global de gran incertidumbre, dadas las actitudes proteccionistas que podría implicar, y que podrían perturbar los flujos de capital. Asimismo, aún no está definido el rumbo que tomará la política monetaria de ese país.
Con lo consignado en el tercer trimestre, el monto acumulado en lo que va del año llega a US$ 4,655 millones, lo que hace difícil que al cierre del período se pueda superar el monto de US$ 7,817 millones alcanzado en el 2015, y que muestra que nuestro país, pese a esta reciente recuperación, aún se halla lejos de su nivel record de US$ 11,918 millones del año 2012.
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