Un año después de haberla elevado desde una tasa nula a un rango de entre 0% y 0.5%, la Reserva Federal de Estados Unidos (FED), banco central de ese país, elevó ayer, a un rango de entre 0.5% y 0.75%, su tasa de interés de referencia, que representa el costo de los fondos federales (del gobierno) en esa economía, la más grande del mundo.
Según la presidenta de la entidad, Janet Yellen, la decisión fue tomada teniendo en cuenta "el considerable progreso efectuado por la economía para lograr el doble objetivo del máximo empleo y la estabilidad de precios. En el último año se crearon 2.25 millones de nuevos puestos de trabajo, el desempleo cayó fuertemente, y la inflación se acercó a la meta de largo plazo de 2%."
Si bien la medida era largamente esperada, pues se sabía que Estados Unidos no podía seguir manteniendo una tasa tan baja y una política monetaria tan laxa, no ha dejado de generar inquietud.
Es que cuando ese país (que es el corazón del sistema financiero internacional) eleva su tasa, los créditos a todo nivel se encarecen, incluyendo aquéllos destinados a los demás países. Además, los flujos de capital se retraen, pues tienden a emigrar hacia Estados Unidos, atraídos por su mucho menor riesgo. Y si dichos flujos disminuyen, no sólo se afectan las inversiones y los créditos, sino también las monedas nacionales, que pierden valor frente al dólar. El oro también se ve afectado, pues pierde atractivo frente a las inversiones financieras.
Afortunadamente, el alza ha sido leve, lo que permitirá a las demás economías, entre ellas la peruana, ir adecuándose a la nueva circunstancia y evaluar las medidas a tomar, por ejemplo, una probable elevación de la tasa de referencia de nuestro Banco Central de Reserva (BCR), para intentar mitigar de alguna manera la acción de su par norteamericano. Pero tal decisión deberá contrastarse con el hecho de que la economía tuvo un desempeño bastante flojo en octubre.
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