Hace dos días, el Perú efectuó dos subastas de bonos soberanos, con el objeto de captar fondos para los diversos requerimientos del Estado.
Se trató de dos tipos de bonos, unos con vencimiento en agosto del año 2024 y otros destinados a vencer en similar mes del año 2031. En ambos casos, la variable a ser definida por la puja de la oferta y demanda fue la tasa de rendimiento.
Afortunadamente, tal como se esperaba, ambas subastas resultaron bastante exitosas. Así, en la primera, con un monto referencial a ofrecer de S/ 100 millones, la demanda fue de S/ 218 millones, en tanto que en la segunda, con similar monto referencial, alcanzó los S/ 173 millones.
Eso permitió que en la primera, donde se colocó bonos que pagarán una tasa-cupón de 5.70% (nominal anual fija), la tasa de rendimiento lograda fuera de 5.31%.
Por su parte en la segunda, compuesta por bonos cuyo cupón pagará 6.95%, la tasa de rendimiento fue de 6.16%.
Al igual que las anteriores, las referidas colocaciones contribuyen a que el país tenga un flujo de crédito adecuado y de bajo costo, en el marco de una programación financiera ordenada. Además, ponen en evidencia la importancia de mantener una buena reputación crediticia, que refleja la confianza que el mercado tiene en nuestra economía y en su capacidad de afrontar sin mayores problemas y oportunamente sus obligaciones.
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