Hace algunos años, cuando Juan Diego Flórez se propuso seguir el ejemplo del músico venezolano José Antonio Abreu de crear un sistema de orquestas sinfónicas conformadas por niños y jóvenes de extracción socioeconómica humilde, su proyecto pareció una utopía.
Y no era para menos, teniendo en cuenta las carencias que las personas de esa condición suelen padecer, como resultado de lo cual se les hace difícil aspirar inclusive a lo más elemental y urgente. Así las cosas, algo como la música parecía bastante inalcanzable.
Pero hoy, al apreciar las imágenes y los sonidos del segundo video, además de asombrarse, no queda sino reconocer que nuestro notable tenor y los socios de su fantástico emprendimiento tenían toda la razón. Como lo demuestra esa excelente orquesta, Sinfonía por el Perú (SPP) ya produjo frutos y es una muy grata realidad.
Es que esos muchachos, bajo la batuta del director español Hugo Carrio y el apoyo y orientación de otros grandes profesionales, se han convertido en formidables músicos, capaces de interpretar con gran destreza complejas piezas de los repertorios clásico y popular.
Y no son los únicos, pues SPP se ha preocupado de llevar el arte a muchos lugares. Por eso a la fecha existen 18 núcleos (centros de enseñanza musical) en Piura, La Libertad, Áncash, Huánuco, Lima, Ica, Arequipa y Puno, con más de cuatro mil participantes, tanto en coros como en orquestas sinfónicas.
Con SPP se está consiguiendo dos objetivos. El más importante, sin duda, es el de estar levantando la autoestima de estos muchachos, pues todos ellos hoy pueden decir con orgullo y pleno derecho que pertenecen al selecto mundo de la música de calidad. Y el otro, nada desdeñable, es el de estar permitiéndole al país contar con un verdadero semillero de valores, y con ello avanzar en este hermoso rubro del arte y la cultura.
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