Como se sabe, en una reprobable demostración de mezquindad política, la mayoría fujimorista del congreso le negó ayer el voto de confianza al gabinete ministerial de Fernando Zavala, obligándolo a renunciar.
Ante ese lamentable hecho, el presidente Kuczynski dio un mensaje al país, aceptando la decisión del congreso y reconociendo que, pese a lo que implica, fue una acción ejercida en el uso de sus atribuciones.
Sin embargo, su aparente resignación con la abusiva maniobra no necesariamente debe interpretarse como tal. Es que el presidente está consciente de que la circunstancia ha servido para decantar y definir las cosas, a tal punto que varios analistas piensan que ha salido fortalecido de ella. No sólo porque ha puesto en evidencia ante la opinión pública, como obstruccionista y mezquina, a dicha mayoría (así como a los demás grupos que secundaron su intransigencia), sino especialmente porque ha llevado a esta a una situación límite, en la cual de ahora en adelante deberá tener mucho cuidado antes de continuar con su prepotencia e intentar censurar un nuevo gabinete.
De hacerlo así, facultará al presidente a disolver el congreso, tal como lo autoriza la Constitución en situaciones de esa naturaleza, que afectan la gobernabilidad del país.
Eso lo explica de manera muy didáctica en el segundo video (publicado ayer por el diario La República) la reconocida periodista, analista política y abogada Rosa María Palacios.
Así las cosas, el acto de Zavala, inmolándose para conseguir que la mayoría deje por fin su actitud mezquina y obstruccionista, y actúe con tolerancia democrática, habrá valido la pena. El ejecutivo actual, pese a sus innegables defectos y errores, no se merece un legislativo que la mayor parte del tiempo lo tiene atado de manos, genera abundante ruido político e incertidumbre y le impide gobernar.
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