Hasta que de pronto alguien de fuera nos analiza y descubre que no somos todo lo malos que pensábamos, y que más bien tenemos varias cosas muy positivas y dignas de resaltar.
Ese es el mensaje del interesante artículo "Cómo Nos Ven", publicado hace tres semanas en el Diario Uno. En este, el autor Ernesto Toledo Brückmann se refiere a lo que dicen en los videos que suben a Youtube los numerosos venezolanos que han arribado a nuestro país, huyendo de la terrible crisis que asola al suyo.
“Los barrios son muy seguros”, “las casas no están resguardadas con rejas”, “hay muchos parques”, “se puede transitar en la noche”, “las calles están limpias”, “los buses paran en sus respectivos paraderos”. “La economía es muy estable y en crecimiento”, “su gente se levanta para estudiar y luego a trabajar o viceversa… nunca descansan”. “No hay motos”, “los heladeros recogen la envoltura del helado vendido”. “En los supermercados encuentras de todo… hasta papel higiénico”. “Los peruanos son educados”, “se sienten orgullosos de su pasado inca”, “te ceden el asiento en el bus’”.Como se puede ver, y como también lo hace notar el autor al cerrar su artículo, poseemos varias virtudes, que muchas veces, por efecto del estrés y el trajín diarios, o el empecinamiento en observar sólo lo negativo, no somos capaces de reconocer. Hasta que llega un observador externo y nos sorprende mostrándonos que no todo es malo en casa, y que inclusive hay un buen número de cosas buenas.
Y eso, a fin de cuentas, significa que, inclusive en medio de todos nuestros innegables defectos como individuos, y también de las torpezas y errores de nuestros gobernantes, estamos avanzando como sociedad, o que por lo menos esta no es tan deficitaria como suponíamos.
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