Desde la última vez que tratamos, en julio, el tema de la calificación crediticia latinoamericana según la agencia Standard and Poor's (S&P), han habido cuatro cambios de posiciones.
De ellos, tres han correspondido a Guatemala, Honduras y El Salvador, el primero retrocediendo en su rating (de BB a BB-) y el segundo y el tercero mejorándolo (de B+ a BB- y de CC a CCC+, respectivamente). Para el último de ellos, el cambio ha representado una considerable alza de tres escalones.
El cuarto caso se refiere a Argentina, país que comienza a cosechar los frutos de su cambio de rumbo económico, desde el populismo del gobierno anterior a una gestión más pragmática, que busca alejarse del intervencionismo, del excesivo gasto estatal, de los subsidios, del proteccionismo y de las numerosas distorsiones y desequilibrios preexistentes. El camino es largo, pero los esfuerzos por seguir avanzando con las reformas están siendo reconocidos y valorados.
La más categórica prueba de ello es su mejora de rating, que hace dos días acaba de pasar de B a B+. Es la segunda en el año, pues en abril ya había variado desde la nota B-.
En los restantes lugares no hay cambios. Chile, no obstante su rebaja de calificación en julio (de AA- a A+) sigue siendo el líder, y el Perú y México (ubicados tres casillas más atrás con el rating BBB+) sus escoltas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario