El dato de la balanza en cuenta corriente, resultante de sumar los resultados de la balanza comercial, la balanza de servicios, la renta de factores y las transferencias corrientes, es sin la menor duda uno de los más importantes en el sector externo de cualquier economía.
Ello se debe a que constituye la medida del nivel de ahorro que el país está teniendo, y de la capacidad que eso le da para financiar la inversión que requiere para seguir creciendo y desarrollándose.
Una balanza en cuenta corriente positiva indica que el país dispone de un ahorro interno adecuado para financiar su inversión (en grandes proyectos, infraestructura social, etc). En cambio, una negativa hace ver que ese ahorro no está alcanzando para tal propósito, y requiere ser complementado con ahorro externo, en la forma de inversión o deuda.
En los últimos años, el Perú registró una balanza bastante negativa, al verse afectado por la caída de las exportaciones (que provocó números rojos en la balanza comercial). Eso llevó a que luego de haber tenido un déficit de sólo 1.8% del PBI en el 2011, registrara los datos anuales (considerando los cuatro últimos trimestres) que se puede ver en el gráfico adjunto, y que fueron muy fuertemente negativos, como el del último trimestre del 2015 (-4.8%).
Felizmente, dicha situación se ha revertido, de la mano de la mejora de nuestras exportaciones. Eso ha dado lugar a datos cada vez menos negativos, de solo -1.3% en lo que va del año y de -0.9% en los últimos cuatro trimestres.
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