En una interesante entrevista, el conocido físico británico Brian Cox le preguntó a un prominente ejecutivo de una empresa tecnológica si los trabajos actuales están en riesgo ante el avance de la inteligencia artificial, es decir, de los sistemas automatizados o robóticos.
Para poner ejemplos al respecto, se refirió a los autos que se conducen solos, que podrían destruir el empleo de los taxistas, o a los call centers, que ya operan de manera bastante automatizada, y que podrían hacer lo propio con el de muchas otras personas.
El ejecutivo le respondió que hay abundante evidencia de que no estamos cambiando trabajos, sino tareas. Así ocurrió hace siglos con la aparición de la máquina de vapor en el ámbito industrial y con el telar en el área de la artesanía textil. Ninguno de los dos inventos redujo el empleo global, sino más bien lo amplió, modificando las tareas.
El asunto de fondo es que siempre se automatiza algunas tareas, pero a la vez surgen otras nuevas. "La mayoría de personas que han observado el aspecto económico de esto piensa que no reduce el trabajo, sino lo cambia. Y hay mucha evidencia de que la gente que trabaja valiéndose de computadoras gana más dinero que la que no lo hace."
En suma, sostiene que se eliminará algunos trabajos, pero la gran mayoría aumentará. "Habrá más doctores y no menos, más abogados y no menos, más profesores y no menos. Y todos ellos serán más eficientes. Y si el sistema es más eficiente, es presumible que pueda lidiar bien con los retos de los que todo el mundo se queja, los verdaderos retos en la vida de la gente."
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