De primera impresión se podría suponer que, por su relativa simpleza, la industria en mención está reservada a países con un sector productivo poco desarrollado, o a países densamente poblados, poseedores de mano de obra abundante y barata. Pero no es así, pues, como veremos ahora, también es ejercida, y muy intensamente, por países de alto nivel de desarrollo, poseedores de industrias muy sofisticadas y costos laborales nada bajos.
Así lo señalan los siguientes datos, proporcionados por la Organización Mundial de Comercio (OMC), que nos muestran a los principales exportadores de prendas de vestir en el año 2016.
Como se observa, pese a su baja frente al año 2015, China exhibe ventas muy superiores a las de cualquier otro país, ascendentes a US$ 158 mil millones. Es conocida su elevada capacidad productiva, con bajísimos costos que obligan a sus competidores de todo el mundo a esforzarse al máximo para no ser desplazados.
A gran distancia del gigante oriental, se sitúan Bangladesh y Vietnam, países cuya abundante mano de obra barata favorece la actividad. Luego figura Italia, país de larga tradición confeccionista, y tras ella la populosísima India, la muy industrializada Alemania y Hong Kong. Turquía, España y Francia completan el Top 10 exportador del negocio.
La primera potencia económica mundial, Estados Unidos, retrocedió del puesto 15 al 16, con un monto de US$ 5,648 millones.
México, situada desde hace varios años en la posición 21, destaca, con sus US$ 4,267 millones, como la primera potencia latinoamericana. Como es de esperar, el país coloca su producción principalmente en su gigantesco vecino Estados Unidos, como también lo hacen otros tres países de la región que destacan en el ranking: Honduras (puesto 25, igual al del año anterior), El Salvador (manteniendo el puesto 30) y Guatemala (41, retrocediendo uno).
Según la OMC, en el 2016 nuestro país exportó prendas por un valor de US$ 861 millones, que implicó una sensible baja frente a los más de US$ 1,600 millones que se había logrado colocar en los años 2008 y 2012. Esa tendencia decreciente se explica principalmente por la muy grave crisis que afronta Venezuela, país que anteriormente era nuestro segundo comprador después de Estados Unidos, y que hoy ha desaparecido como tal.
En este importante y dinámico rubro industrial participan productores de todo tamaño, tanto del ámbito textil como del propiamente confeccionista. Las miles de pequeñas y microempresas que se articulan en su cadena de producción y comercialización generan decenas de miles de puestos de trabajo. Considerando que es una de las actividades en las que el Perú tiene ventajas comparativas y competitivas, es de esperar que en el futuro supere sus problemas actuales y logre una significativa recuperación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario