IED: el Stock ya Supera los US$ 100 Mil Millones

Como resultado del importante flujo que arriba día tras día, el stock o monto acumulado de inversión extranjera directa (IED) que alberga el Perú acaba de superar por primera vez los US$ 100 mil millones.

En efecto, según la información proporcionada por el BCR, al primer trimestre del presente año el monto acaba de llegar a US$ 100,280 millones, US$ 2,037 millones mayor al del cierre del año pasado.

Esa cifra es el resultado acumulado a través del tiempo de la reinversión de utilidades (las que en lugar de ser repatriadas se destinan a seguir ampliando la capacidad instalada y atender otros requerimientos), los aportes y otras operaciones de capital (dinero fresco que entra a los proyectos o empresas) y los préstamos netos con la matriz (diferencia entre los montos de préstamos recibidos de esta y los devueltos).

Allí está lo que ha arribado para destinarse a grandes minas, a centrales eléctricas (a gas, hidroeléctricas, eólicas y solares) y líneas de transmisión, a carreteras, a puertos, a aeropuertos, a ferrocarriles, a líneas de metro, a hoteles, a plantas de gas, gasoductos y refinerías, a centros comerciales, a plantas industriales, a líneas de aviación, a cadenas de farmacias, a proyectos inmobiliarios, etc, dando trabajo a cientos de miles de peruanos, contribuyendo a fortalecer la balanza de pagos, el sector externo y nuestra moneda, y a apuntalar las finanzas públicas mediante el crecimiento y el pago de impuestos.

El gráfico adjunto, publicado por el BCR, nos indica que entre el año 1980 y el primer trimestre del año actual la cifra se ha expandido de una manera exponencial, y cada vez a mayor velocidad.

Así, mientras entre 1980 y 1994 sólo se duplicó, entre 1994 y el 2005 se cuadruplicó, y entre el 2005 y la actualidad casi se ha septuplicado. Mientras en el año 1980 apenas habían en el país ínfimos US$ 840 millones, hoy existe un monto casi 120 veces mayor.

El primer gran aumento de la cifra se produjo a partir del segundo trimestre de 1994, primero con la privatización de la Compañía Peruana de Teléfonos y Entel Perú y luego con las de otras decenas de empresas públicas, en momentos que la economía peruana, saliendo de una desastrosa situación previa y dando un vuelco hacia la modernidad, constituía una excelente apuesta en pro de una elevada rentabilidad.

Luego, con el modelo ya consolidado, y con incentivos tan formidables como los de una economía libre, abierta y en fuerte crecimiento, los flamantes tratados de libre comercio y la sostenida mejora del nivel de vida de la población, el ingreso de la inversión extranjera se hizo (como lo acabamos de comprobar en el gráfico de arriba) mucho más masivo.