El político izquierdista Andrés Manuel López Obrador (AMLO) fue elegido el día de hoy nuevo presidente de México.
El hecho es muy importante para América Latina, considerando que el referido país posee la segunda economía más grande de la región (sólo por detrás de Brasil) y es el principal exportador (actividad en la que destacan el petróleo, pero también las manufacturas, como vehículos, aparatos electrónicos y muchos otros bienes).
Y también es particularmente relevante para el Perú, dado que México, además de tener un tratado de libre comercio con nuestro país, es un gran inversionista en este (como lo demuestran sus capitales en la empresa de telefonía América Móvil y en la minera Southern), y socio nuestro, junto con Chile y Colombia, de la Alianza del Pacífico (el más serio y prometedor bloque de integración económica de esta parte del mundo). Además, participa con Chile y el Perú en el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) y en el recién creado Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (CP TPP).
Así las cosas, a nuestro país le conviene que México continúe transitando por una ruta de apertura y globalización que le permita seguir consolidando elementos tan positivos como los mencionados.
Lamentablemente, la tendencia izquierdista de AMLO y su simpatía personal y de los integrantes de su partido hacia políticas tan nefastas como las perpetradas por Chávez y los Castro han generado una gran inquietud acerca del futuro que con él le podría esperar al gran país del norte, pues se teme que pueda tomar decisiones parecidas, como incrementar desmedidamente el gasto público, establecer medidas proteccionistas y controles de precios, desconocer contratos en grandes proyectos de inversión o cuestionar los tratados de libre comercio.
Sería muy perjudicial que modifique el buen rumbo que el país ha tomado en las últimas décadas, y que se refleja en una baja inflación, un notable crecimiento de las exportaciones, un fuerte incremento de la inversión extranjera, una notable fortaleza de su moneda, una buena calificación crediticia y un bajo nivel de riesgo país, entre otras cosas.
Ojalá el programa que prevé ejecutar desde diciembre (mes de asunción al cargo) enfatice los aspectos en que el país aún tiene serias deficiencias (el bajo crecimiento, los aún elevados niveles de pobreza, las desigualdades sociales y regionales, la violencia, el narcotráfico, la corrupción, etc), pero sin desmantelar lo bueno que se ha venido logrando (como una economía abierta y enfocada en el mundo, el protagonismo del sector privado, las reformas de apertura, etc).
Felizmente, en el primero de los discursos que pronunció hoy al celebrar su victoria electoral, ha dado (ver video) algunas buenas señales, al garantizar la libertad empresarial, la autonomía del banco central, la disciplina financiera y fiscal, y el respeto a los compromisos contraídos con empresas y bancos nacionales y extranjeros. Asimismo, ha señalado que los contratos en el sector energético serán revisados, pero únicamente para cerciorarse de que no han implicado actos de corrupción, y ha anunciado que no habrá confiscación ni expropiación de bienes. También ha dado a entender que no habrá necesidad de incrementar los impuestos en términos reales, de endeudar al país ni de decretar "gasolinazos". Además, ha anunciado que disminuirá el gasto corriente, y que aumentará la inversión pública, para impulsar la economía y crear empleo. Una de sus principales metas es fortalecer el mercado interno y producir en el país lo que se consume.
Sin embargo, en el segundo de sus discursos de hoy también anunció un fuerte aumento del gasto corriente en diversos rubros, como el pensionario y el del empleo juvenil, egreso que si no está adecuadamente financiado podría generar problemas fiscales. El mismo nocivo efecto podría tener un aumento desmedido de la inversión pública "para impulsar la economía y crear empleo", cuando la inversión privada es la llamada a ser la gran protagonista en ese objetivo.
En fin, los anuncios de los siguientes meses, tanto en materia de los integrantes de su equipo de gobierno, como de las políticas específicas que piensa aplicar, darán más luces acerca de lo que se viene. Por ahora sólo queda esperar y contemplar cómo se desarrollan los hechos.
Foto: Excelsior
no te puedes contener con satanizar a los chavistas, ahora te sumas a la demonizacion de AMLO
ResponderEliminarrecordarte que un indio analfabeto en castellano saco a los franceses de norteamerica, y refundo el mexico que llego a ser potencia mundial.
cuando vas a aceptar que la primera potencia mundial es un pais comunista, maoista que usa capitalismo de estado como herramienta fundamental pa expandir sus coorporaciones privadas(que estan bajo mando del gobierno chino, terminan haciendo lo que le dicen que haga)
tu pones al peru como mas papista que el papa.
si el nafta se cae no es por Mexico sino por los USA.
No tr olvides que percapita Mexico es el mas industrializado de las americas solo despues de USA, osea pesa inclusive mas que brasil es tecnologia.
tu desde un pais enano que no produce ni lo que produce ciudad de mexico sola le quieres dar consejos de como manejar el pais, creo que has olvidado que el fue alcalde de ese "pais" llamado DF, y fue la mejor expansion del DF...
Tienes demasiados parametros negativos, sesgados, sectarios, el que no es como tu lo insultas primero insinuando que es niño grande, como que necesita tutelaje de las personas como tu, cada vez que te leo me reafirmo que debes ser decendiente de los hacendados que velasco dejo calato por improductivos.
Mexico es mas fuerte que Canada, tu hispania, Italia, y ahorita le quita el puesto a Francia.
Mexico es una nacion milenaria, es miembro de uno de los 5 paises civilizacion que por cierto el Peru tambien lo es junto a India China, Egipto.
La entrada de Trump le cae a pelo a Mexico, se va diversificar hacia America del Sur, y el Asia.
Mexico no le va a pedir permiso al Peru para ser la potencia que ya es...
AMLO va a ser uno de los grandes de la historia Mexicana, pese a los envidiosos.
Por supuesto que no nos contenemos en la demonización al chavismo, pues sus catastróficas políticas la ameritan de sobra. Pero con AMLO aún no podemos ser lapidarios, pues habrá que ver si decide seguir esa ruta desastrosa o no. Por ahora sólo cabe expresar la inquietud, sin condenar de antemano.
EliminarPor lo demás, no siga usted diciendo cosas sin sentido. Nadie ha insinuado que el NAFTA se caerá por México, pues es obvio que quien más está conspirando contra el bloque es el impresentable Trump.
Y por supuesto que México es un país altamente industrializado, situación que se ha consolidado a lo largo de estas décadas de política liberal, abierta a la inversión extranjera, que (a diferencia de lo ocurrido con los heterodoxos Argentina y Brasil) ha permitido crear una industria competitiva, que no teme a la competencia externa y que no afecta a los consumidores nacionales. Eso es algo conocido, que aquí hemos mencionado y elogiado reiteradamente. Ojalá AMLO no busque desmantelar ese buen modelo de desarrollo ni intente establecer proteccionismos absurdos. El país, por mucho que ha avanzado en materia industrial, sigue teniendo indicadores de país en desarrollo, y no está a salvo de caer en graves retrocesos si decide poner en marcha políticas trasnochadas, de desmedido protagonismo del Estado, proteccionismos, controles y demás cosas que desincentiven la inversión privada.
Como hemos dicho en la nota, si AMLO decide seguir el camino de la sensatez, manteniendo el buen rumbo actual y corrigiendo las carencias y defectos que aún existen, sin duda obtendrá buenos resultados. Pero si más bien decide escuchar el canto de sirena de los muchos radicales que le acompañan en su proyecto, podría generar graves complicaciones al país, que por muy grande o industrializado que sea no está inmunizado contra los desequilibrios fiscales, contra la inflación, contra la devaluación, contra el incremento de la deuda, contra las fugas de capital ni contra el aumento de la pobreza. Ojalá en estos meses de transición haga lo que hizo Humala al iniciar su mandato: zafarse de los asesores de izquierda con los que llegó al poder y escuchar la palabra de los tecnócratas y verdaderos conocedores del tema económico, y seguir el rumbo de la sensatez, alejado de las trasnochadas doctrinas de la izquierda radical y la heterodoxia. (Continúa)
...(continuación)
EliminarSu insinuación de que nosotros, por pertenecer a un país cuyo PBI es menor que el de la capital mexicana, no tenemos autoridad moral para hacer un análisis de la situación económica de ese país y sus perspectivas de cara a un nuevo gobierno, no tiene pies ni cabeza. Con ese criterio muy pocas personas en el mundo podrían criticar lo que hacen EEUU y China, y la gente de esos dos países sí tendrían autoridad para hablar todo lo que quisieran acerca de los demás. Todas las personas tienen derecho a hablar del tema que deseen, y el que esté en desacuerdo con ellas debe intentar rebatirlas con argumentos, y no planteando, al estilo de los peores dictadores, que se queden calladas.
Igual de absurda es su insinuación de que por defender la doctrina económica liberal nosotros somos parte de una élite, o de un determinado grupo de poder o socioeconómico. No se necesita ser nada de eso para tener una determinada visión económica y política. Basta haber vivido experiencias muy aleccionadoras en nuestro propio país, o estar viendo lo que ocurre en el resto del mundo, para percatarse de que las políticas socialistas y heterodoxas generan, en la gran mayoría de casos, resultados desastrosos, muy diferentes a los que producen las políticas de apertura y libre mercado.
Plantear las cosas como usted lo hace revela sectarismo, prepotencia, intolerancia y un fanatismo digno de mejor causa. La mejor prueba de ello es que le resulta insoportable hasta un artículo en el que se esboza una simple inquietud acerca de lo que podría ser el gobierno de un político que durante toda su vida ha criticado las políticas de mercado y ha expresado simpatías por el chavismo y el castrismo.
AMLO podría ser uno de los mejores presidentes de la historia de México, sí. Pero eso sólo ocurrirá si deja de lado las ideas fracasadas con las que siempre simpatizó, y entiende que México (corrigiendo, obviamente, las cosas que aún no marchan bien) tiene que seguir por el buen rumbo económico actual, con un esquema de libertad y apertura al mundo. Si más bien decide ir por el camino seguido por los políticos y seguidores que ahora se han mostrado eufóricos con su triunfo (Maduro, Cristina, Lula, Evo, Pablo Iglesias y demás) sin duda México y toda su enorme población sufrirán las consecuencias.
En este blog estaremos atentos a lo que ocurra en el gran país del norte, y si observamos que se ponen en práctica medidas y políticas inadecuadas, que ya han fracasado en otras partes del mundo, las criticaremos con toda convicción y dureza, todas las veces que consideremos necesario.