miércoles, 1 de agosto de 2018

El Fracaso del "Socialismo del Siglo XXI"

El Socialismo del Siglo XXI ha fracasado. No lo dice algún representante del sistema capitalista, del imperio yanqui, o del neoliberalismo.


Lo dice el mismísimo mandamás de la revolución bolivariana, la del Socialismo del Siglo XXI, aquella que desde hace 19 años asfixia al hoy casi agonizante país hermano de Venezuela.

En efecto, Nicolás Maduro, el impresentable delfín del extinto sátrapa Hugo Chávez, reconoció, en un congreso de su delincuencial partido, que el modelo productivo aplicado en el país ha fracasado.

Así, demostrando una "lucidez" que nadie le conocía, acaba de llegar, por fin, a la misma conclusión a la que el planeta entero había arribado hace muchos años: que el socialismo radical conduce ineludiblemente al desastre económico, razón por la cual en su momento lo abandonaron inclusive sus principales centros de irradiación, la URSS y China.

No se necesitaba demasiada genialidad para arribar a la conclusión a la que ahora, en un rapto de "brillantez intelectual", acaba de arribar el susodicho. Bastaba observar la hiperinflación descomunal (la más alta del mundo y una de las mayores de la historia) que devora los salarios y la moneda y desparrama miseria, el colapso productivo que provoca escasez de todo y que ha empequeñecido a la mitad la economía venezolana (que hoy está a punto de ser más diminuta que la ecuatoriana) y la huida de personas más masiva y desesperada de la historia latinoamericana.

Un "mérito" que hay que reconocerle al sujeto en referencia es haber llegado a tan brillante diagnóstico en tan sólo 19 años. En ese sentido, puede jactarse de ser bastante más lúcido que sus maestros de Cuba, quienes se tardaron más de 50 años para hacerlo, y que hoy, luego de casi 60 años de haber destrozado al país, recién intentan aplicar tibias medidas de introducción de libertades económicas.

Con un poco de suerte, ambos desgraciados accidentes de la historia latinoamericana podrían llegar a comprender que la verdadera solución para sus países está en que ellos se marchen del poder, y se lleven consigo sus catastróficos modelos.

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