El Perú, Puesto 89 en el Mundo en Desarrollo Humano

El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) publicó hoy la Actualización 2018 de Índices e Indicadores del Desarrollo Humano, valioso documento de análisis en el que sobresale el Índice de Desarrollo Humano (IDH), considerado el más importante indicador sobre el tema, por cuanto refleja, probablemente mejor que cualquier otro, las condiciones de vida reinantes en los más diversos países del mundo.

Como se sabe, el IDH se determina en función de tres aspectos considerados básicos: Salud (la vía para una vida larga y saludable), Educación (la vía para abrir oportunidades) e Ingresos (la vía para lograr un nivel de vida digno).

En materia de ingresos se toma en cuenta el ingreso nacional bruto per capita (expresado en términos de paridad de poder adquisitivo o PPA, en dólares internacionales constantes del año 2011), lo que permite abarcar no sólo el producto bruto interno por habitante, sino también los ingresos provenientes de las remesas y la ayuda internacional para el desarrollo. En el ámbito educativo se considera los años promedio y los años esperados de escolaridad. En el tema de la salud, por su parte, se toma en cuenta la esperanza de vida al nacer.

Los indicadores de los tres aspectos mencionados son calibrados y combinados, para generar el IDH, cuyo puntaje va desde 0 hasta 1.
De acuerdo con ese resultado, los países son agrupados en cuatro categorías (o cuartiles) de desarrollo humano: Muy Alto, Alto, Medio y Bajo. Esta vez, la primera incluye a 59 países, la segunda a 53, la tercera a 39 y la última a 38.

Los datos, que corresponden al año 2017, permiten ver que hay una sostenida y generalizada mejora en cuanto a desarrollo humano. Una prueba de ello es que el IDH global del año 1990 era de 0.598, mientras que el del 2017 es 21.7% más alto, de 0.728. Otra es que los países de desarrollo humano bajo eran 49 en el año 2010 y hoy sólo son 38. Alrededor del mundo, la gente vive más tiempo, está más educada y tiene más oportunidades de sustento en la vida.

Debido a su permanente revisión y mejora, los números no deben ser comparados con los de ediciones anteriores, sino únicamente con los de la misma edición.

En el siguiente cuadro se enumera los países de nivel Muy Alto, es decir, aquellos con puntaje más cercano a 1. También se consigna los elementos componentes de su IDH.

Como se observa, el país con el más alto IDH es Noruega (0.953), que, habiendo incrementado muy levemente su índice (desde 0.951), se mantiene firme en una ubicación que ya le es tradicional. Le sigue Suiza (con 0.944) y después Australia (0.939). Luego se sitúan Irlanda (0.938), Alemania (0.936), Islandia (0.935), Hong Kong (0.933), Suecia (0.933), Singapur (0.932) y Holanda (0.931). Estados Unidos sólo figura en el puesto 13 (con 0.924) y Japón en el 19 (con 0.909).

América Latina logra incluir en este grupo de Desarrollo Humano Muy Alto a tres de sus países. El primero es Chile (puesto 44 y 0.843 puntos), el segundo Argentina (47 y 0.825) y el tercero Uruguay, flamante integrante del grupo (55 y 0.804).

Luego figuran los países de Desarrollo Humano Alto, como el Perú.

Posteriormente se sitúan los de Desarrollo Humano Medio y Bajo, cuyos datos no consignamos por limitaciones de espacio. Entre los países de este último grupo los peor ubicados son Sudán del Sur (0.388), República Centroafricana (0.367) y, cerrando la lista, Níger, con infames 0.354 puntos, que reflejan las terribles condiciones de vida de sus pobladores. Si bien todos ellos vienen mejorando sus puntuaciones, lo hacen de una manera absolutamente lenta e insuficiente.

Detrás de Chile, Argentina y Uruguay, los países latinoamericanos mejor posicionados son Costa Rica (que se sitúa en el  puesto 63, con una puntuación de 0.794), Panamá (66 y 0.789) y Cuba (73 y 0.777).

Les siguen México (74 y 0.774), Venezuela (78 y 0.761), Brasil (79 y 0.759), Ecuador (86 y 0.752) y el Perú (89 y 0.750).

Nuestro país retrocedió dos posiciones respecto del año 2016, en el que había figurado en la número 87. Ello fue así debido a que su avance de 0.002 puntos (0.750 versus 0.748) fue menor que el de países como China (0.004) y Ucrania (0.005). Los países que más incrementaron su puntuación fueron Libia e Irak (con 0.013 puntos cada uno), Bangladesh (0.011) y Guinea (0.010). Entre los países latinoamericanos sobresalen Panamá y Bolivia (con 0.004 cada uno), Argentina, Costa Rica, Cuba, Ecuador, República Dominicana y Honduras (todos con 0.003).

Venezuela, que alcanzó su máxima puntuación en el 2014 (0.778), no ha dejado de retroceder desde entonces (0.009 puntos en el 2016 y 0.005 en el 2017).

El índice peruano se sustenta en una esperanza de vida al nacer de 75.2 años, un tiempo promedio de escolaridad de 9.2 años, un tiempo esperado de escolaridad de 13.8 años y un ingreso nacional per cápita (medido en precios constantes del año 2011 y en términos de PPA) de 11,789 dólares internacionales.

Entre los años 1990 y 2017 nuestro indicador ha mejorado sostenidamente, desde 0.611 hasta 0.750, a una tasa anual promedio de 0.76%. El mayor avance se dio entre 1990 y el 2000, con una tasa anual de 1.04%, que se redujo a 0.56% entre el 2000 y el 2010, y que viene cifrando el 0.64% en la presente década.

Lamentablemente, y pese a sus bondades, el IDH tiene una limitación: tomado en forma aislada, como un simple promedio nacional, tiende a esconder las disparidades dentro de los países. Ello obliga a considerar el denominado IDH ajustado por Inequidad (IDHI), al cual nos referiremos dentro de unos días.