Rumbo al Referendum

Como sabemos, con el propósito de efectuar cambios constitucionales que permitan mejorar el funcionamiento de diversas instituciones del Estado, el gobierno ha propuesto llevar a cabo un referendum, probablemente a fines del presente año o inicios del siguiente.


En él se planteará varias muy importantes preguntas a la ciudadanía.

La primera de ellas es si está de acuerdo o no con el retorno de la bicameralidad, es decir el sistema por el cual el congreso ya no constaría de una sola instancia de debate y deliberación, sino de dos: la Cámara de Diputados y la Cámara de Senadores, tal como ocurría en décadas anteriores. Eso ayudaría a que las leyes no salgan a la luz precipitadamente, sino luego de haber sido adecuadamente meditadas, primero en una y luego en la otra. Y no implicaría un mayor número de congresistas, pues el total se mantendría en 130.

La segunda se refiere a si debería haber o no reelección inmediata de los congresistas. Esta pregunta será formulada dado que en otros cargos de elección popular, como los de presidente de la república, gobernadores regionales y alcaldes, no existe esa opción, por lo que se considera que no debería haber diferencias entre unos y los otros.

La tercera atañe al financiamiento transparente de los partidos políticos, para que en lo sucesivo ya no existan aportes anónimos ni ilegales hacia estos, sino unos de cuyo origen se tenga certeza. Además, estos estarán obligados a rendir cuentas durante sus campañas.


Y la cuarta tiene que ver con la reforma del Consejo Nacional de la Magistratura, organismo encargado de seleccionar, nombrar, ratificar y destituir a los jueces y fiscales de nuestro sistema de justicia. Esta reforma ha devenido urgente, como lo acaban de demostrar los escandalosos casos de corrupción en que se han visto involucrados sus más altos funcionarios.

Son, sin duda, cuatro preguntas fundamentales. De ellas, las tres últimas están íntimamente vinculadas con los temas de la corrupción y la débil institucionalidad, claramente señalados en la mayoría de estudios nacionales e internacionales como los más deficitarios de nuestro país. Ojalá la respuesta general sea favorable a los cambios planteados, para que las modificaciones constitucionales resultantes del proceso contribuyan a superar las citadas deficiencias.