Ya Están los Cinco Corredores Complementarios

Como vimos aquí, con la puesta en marcha hace pocos días de la Línea 508 como la primera del Corredor Verde, Lima ya tiene operativos en su sistema de transporte sus cinco corredores complementarios, que sirven importantes rutas troncales y están conformados por grandes buses.

El primero fue el Azul (en la ruta Tacna-Garcilaso-Arequipa), que, luego de numerosos problemas derivados de haber constituido la primera experiencia en la materia luego de décadas de absoluto caos en la ciudad, finalmente logró consolidarse, y granjearse la aceptación y simpatía de las miles de personas que se movilizan en esa ruta.

A este le siguieron el Rojo, el Morado y el Amarillo, que recorren las rutas señaladas en los respectivos gráficos:

Y hace pocos días se les sumó, con su primera línea, el Verde.

Es muy bueno haber concretado este importante avance en materia de nuevos servicios de transporte urbano. Pero obviamente no es suficiente frente a la magnitud del problema, pues se requiere muchísimo más (comenzando por incrementar el número de líneas en cada corredor y dotar de una adecuada cantidad de buses a cada una de ellas).

A nivel municipal, por ejemplo, es necesario seguir poniendo un énfasis muy claro en aspectos tales como el reordenamiento del tránsito (para hacer más racional el servicio, seguir eliminando unidades que no cumplen requerimientos mínimos y desterrar a los taxistas informales y otras unidades pequeñas que han reinstaurado el desorden), continuar modernizando los sistemas de semaforización, hacer mucho más estricta la aplicación de multas y otras sanciones y exigir a los concesionarios privados de estos corredores y de todas las rutas que pongan en servicio unidades cada vez más modernas y de mejores prestaciones.

Asimismo, es vital seguir ampliando la infraestructura, acelerando los grandes proyectos privados que se hallan en compás de espera, y construyendo más bypasses, intercambios, túneles y viaductos, así como anchando las vías troncales y ejecutando otras obras.

A nivel del gobierno, por su parte, es indispensable dar mucho mayor prioridad a la intensificación de  los trabajos en la Línea 2 del metro, y acelerar los proyectos de las líneas 3 y 4, que hace mucho tiempo han dejado de ser simples anhelos de largo plazo, para pasar a ser necesidades que nuestra ciudad debería satisfacer de forma urgente para no continuar, absurdamente, en la situación de colapso en que ya se halla, por la cual decenas de miles de personas pierden tres o cuatro horas de cada día en ir de su casa al trabajo y viceversa, cuando deberían poder hacerlo en la mitad o la tercera parte de ese tiempo.

Felizmente se acaba de crear la Autoridad del Transporte Urbano (ATU), que permitirá a la capital abordar de manera técnica problemas tan graves como los mencionados y, a través de un enfoque integral, buscar las mejores formas de solucionarlos.