Con el triunfo de hoy de Jair Bolsonaro en la elección presidencial de Brasil, el gigante regional emprende un nuevo rumbo económico.
Es que deja atrás el largo período de heterodoxia que había transitado con los gobiernos de Lula da Silva y Dilma Rousseff, y consolida el giro hacia la ortodoxia iniciado bajo la actual gestión de Michel Temer.
Eso se confirma con las recientes declaraciones del flamante presidente electo, quien, al anunciar que su gobierno promoverá todos los tipos de libertades, puso especial énfasis en la económica.
En tal sentido, dijo que creará condiciones para que todos puedan crecer. El gobierno federal dará un paso atrás, para que las personas y emprendedores tengan más libertad y puedan dar muchos pasos al frente. En ese marco de cosas, reducirá la estructura y la burocracia estatal, cortará dispendios y privilegios, y simplificará trámites.
Su gobierno, dijo, destrabará a Brasil, y hará que los recursos federales se canalicen directamente a los estados y municipios, evitando a la burocracia intermedia. También quebrará el círculo vicioso del crecimiento de la deuda, sustituyéndolo por el círculo virtuoso del menor déficit, deuda decreciente e intereses más bajos, circunstancias que estimularán el crecimiento y la generación de empleo.
Para concretar dichos anuncios, el déficit primario será eliminado lo más rápido posible y convertido en superávit, a través de medidas como las privatizaciones y concesiones, y la creación de un sistema de pensiones de capitalización individual. En materia tributaria, se reducirá la carga de los que más pagan y se incrementará la de los que eluden y evaden. En defensa de la propiedad privada, se castigará duramente a quienes propician su invasión.
En lo que atañe a relaciones internacionales, habrá un cambio radical de la política exterior, que ya no será conducida con fines ideológicos, y por ende no apañará gobiernos dictatoriales. Brasil dejará de estar apartado de los países más desarrollados y buscará estrechar relaciones bilaterales con todos aquellos de prácticas democráticas que además resulten convenientes para sus intereses.
Excelente, espero que conseven esa opinión de Bolsonaro y no se vayan en contra con insultos y acusaciones falsas, solo porque no apoya la ideología de género.
ResponderEliminarEn nuestro comentario nos hemos referido básicamente a los temas económico y de relaciones internacionales. No nos hemos referido a los temas sociales, acerca de los cuales la visión ultraconservadora del nuevo presidente tiene numerosos cuestionamientos, plenamente justificados. Por el bien del país, esperamos que como gobernante deje de lado esa posición nada conveniente.
EliminarEl tìtulo de su artìculo es acertado refiriendose a la libertad. Esa libertad de que por ahora disfrutamos y es restringida en los países donde se impone la ideología de género, sin tener opcioes, sin consultar la voluntad de la población. Y es mayormente el neomarxismo, la nueva izquierda la que promueve esa ideología, es suficiente ver en nuestro país qué partidos la tienen en su plan de gobierno. El izquierdismo fracasado la lleva como principal propuesta. Es a eso a lo que se opone Bolsonaro y por el bien de su país no debe dejar de lado esa posición muy conveniente. Para las transnacionales del aborto y la hormonización obviamente que es un horror.
EliminarSe prevé que el nuevo gobierno impulse la libertad económica, lo cual será positivo (aunque Bolsonaro también amenaza con establecer políticas proteccionistas, que sin duda perjudicarían al país). Reiteramos: a ese tema, el económico, es que nos hemos referido al hablar de la mayor libertad que se espera en Brasil.
EliminarNo nos hemos referido al tema social, en el cual, lamentablemente, más bien se teme que el nuevo presidente haga retroceder al país, con políticas basadas en su visión ultraconservadora, misógina, machista, militarista, homofóbica, de fácil recurrencia a la violencia, de un nacionalismo exacerbado y proclive al armamentismo de la población civil. Esos son puntos absolutamente negativos, que ojalá el nuevo gobierno vaya dejando de lado. Tal como también debería dejar de lado la excesiva influencia de los grupos religiosos ultraconservadores y radicales que proliferan en Brasil, y que perturban la posibilidad de conducirlo, como dicta la Constitución, bajo políticas propias de un Estado laico.
En cuanto a la ideología de género, no existe. Lo que existe es el correcto y muy adecuado planteamiento de la igualdad de género, el mismo que se basa en la racionalidad y que, inculcado desde la más temprana edad, permite que las generaciones siguientes de hombres desarrollen hacia las mujeres un comportamiento social tolerante, respetuoso, solidario y no discriminador, muy distinto al machista, discriminador y abusivo propio de los hogares en los que esa sana forma de ver la vida se halla ausente.
La igualdad de género no tiene nada que ver con ideologías neomarxistas, como falsamente afirma la propaganda ultraconservadora. Por eso existe plenamente en los países más ricos, capitalistas y desarrollados del mundo, permitiendo un nivel de coexistencia, pacífica y tolerante, muy superior al que se registra en países donde el ultraconservadurismo impide abrir mentes, y mantiene taras, prejuicios y mentalidades abusivas que degeneran en los terribles casos de violencia contra la mujer que ocurren con escandalosa frecuencia.
La ideología de género es un tema absolutamente intrascendente, además de que no existe en si ninguna "ideología de género", y como bien señala Desarrollo Peruano, en nada tiene que ver con "ideologías neomarxistas".
EliminarEl ultraconservadurismo es un cáncer que impide el desarrollo adecuado de la educación, que tanto necesitan países como el nuestro.
La ideología de género está ahí, aplicándose en varios países por imposición, y es una restricción a la libertad, es completamente intolerante con los que no concuerdan con sus planteamientos y no es ningún avance sino un retroceso moral de los países. Además un atentado contra la economía porque va más allá de una supuesta igualdad, que ya se da, destinando recursos a la hormonización, aborto, etc. La ideología de género es el cáncer que impide el adecuado desarrollo, por eso muy bien Bolsonaro pretende desarraigarla de su país.
EliminarEsperemos que sea así, y no se convierta en nuevo fuerte del proteccionismo.
ResponderEliminarEse es uno de los puntos acerca de los cuales existe inquietud: que vaya a adoptar políticas proteccionistas, que obviamente le harían mucho daño al país. Esa torpe posición, fracasada en todas partes, sería contradictoria con el afán de liberalización que propone.
EliminarMe Preocupó lo declarado por Piñera, que espera a Bolsonaro para definir la conexión férrea entre ambos y por ende La salida de productos brasileros por puertos chilenos hacia Asia. Donde quedó el Perú?
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