El mapamundi que solemos emplear para conocer la situación de los países en el mundo es como el que se muestra a continuación.
Se basa en la denominada Proyección Mercator, que cumple su rol de darnos una primera referencia acerca de la forma y ubicación de los países, pero lamentablemente nos brinda una información sumamente errada acerca de sus tamaños. Es que, para poder visualizar a nuestro planeta en una superficie plana, como la de los libros, considera que es una especie de cilindro desplegado, cuando más bien es una esfera.
Debido a ello, no toma en cuenta que, al avanzar desde la línea ecuatorial hacia los polos, la superficie se va haciendo cada vez más pequeña. Al obviar ese hecho, hace que la inmensa mayoría de países y territorios parezcan notoriamente más grandes de lo que son. Cuanto más cerca están de los polos, más inflado resulta su tamaño.
Eso se comprueba en la imagen animada, que inicialmente los muestra según la Proyección Mercator y después cómo son en realidad.
El caso más sorprendente es el de Groenlandia, que con la referida proyección luce gigantesca y casi tan grande como África, cuando en realidad es apenas un poco más grande que el Perú. Otro caso notable es el de Rusia, que, sin dejar de ser el país más grande del mundo, no es lo descomunal que parece ser. Lo mismo ocurre con Canadá, que en realidad es bastante más pequeña. Una situación parecida se da con Estados Unidos, toda Europa y China.
Tal como se observa con Argentina, Chile, Sudáfrica y Australia, en el hemisferio sur también hay una disminución de tamaño, aunque mucho más leve que en el norte, debido a que los países de esa zona están mucho más alejados del polo. Pero en la Antártida (no incluida en estos mapas) la distorsión es igual de enorme.
Los países situados cerca de la línea ecuatorial, en cambio, no están distorsionados en la Proyección Mercator. Por esa razón, el Perú, Brasil y muchos otros países situados en la zona (la mayoría de los africanos, por ejemplo), lucen del mismo tamaño en ambas configuraciones.
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