Los datos de crecimiento acumulado del PBI en los primeros ocho meses no muestran mayor variación respecto de lo visto anteriormente para las siete más grandes economías de América Latina, las cuales continúan muy desaceleradas.
La de Chile está consolidada como la más dinámica, con una tasa que llega a 4.45%.
Le sigue la del Perú, cuyo muy magro y decepcionante avance de agosto (el segundo más bajo del año) ha reducido su dato acumulado a 3.77%.
Colombia también avanza poco, y algo aún más notorio ocurre con México, cuyo dato de agosto, bastante por debajo del 2%, revela que las debilidades de su sector productivo no sólo no se resuelven, sino se intensifican probablemente por la incertidumbre que genera la próxima asunción de un presidente de enfoque económico izquierdista.
Brasil, con uno de sus mejores registros mensuales en lo que va del año, sigue acumulando un avance bastante modesto, de apenas 1.28%.
Argentina se halla en plena recesión, como lo demuestran sus caídas de 1.61% en agosto y 0.89% en lo que va del año, explicadas por el programa de ajuste fiscal para luchar contra la elevada inflación.
Sobre Venezuela, la única referencia, a falta de datos oficiales, es la del FMI, que este año anticipa otra brutal caída, de 15%.
Ecuador, que se está convirtiendo en la séptima economía regional, desplazando a Venezuela, ha crecido 1.3% en la primera mitad del año.
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