Lima y la sierra central, cercanas como están, afrontan serios problemas de interconexión vial en épocas de lluvias, cuando la Carretera Central resulta bloqueada por deslizamientos de tierra (los famosos "huaicos").
Por ello, siempre ha sido un objetivo nacional generar nuevas rutas que permitan atenuar los problemas ante tales eventualidades.
Una de esas es la que interconecta ambas regiones por la ruta Cañete-Huancayo. Otra es la que sigue la ruta Canta-Huayllay-Cerro de Pasco.
Y otra es la ruta Oyón-Yanahuanca-Ambo, señalada con flechas celestes en el mapa adjunto (que publicamos hace un tiempo para referirnos también a la parte de la Carretera Longitudinal que se viene construyendo entre Áncash y Huánuco).
Esa vía, que vincula a la capital con Pasco y Huánuco, a la fecha se halla asfaltada hasta la localidad de Oyón, en el departamento de Lima, pero en el resto de su recorrido apenas tiene un precario afirmado, por lo que no resulta atractiva para los transportistas.
Por tal razón, el MTC ha emprendido los trabajos de asfaltado, que la dejarán en inmejorables condiciones de transitabilidad. Eso se hará en tres subtramos: el que discurre entre Oyón y el desvío a Cerro de Pasco, el que lo hace entre dicho desvío y la división Chacayán y el que partiendo de esta última llega hasta la localidad de Ambo, en el departamento de Huánuco. Son tres subtramos de longitudes casi similares, que en total sumarán 150 kilómetros y demandarán una inversión de aproximadamente S/ 1,300 millones (US$ 760 millones).
El primero de ellos acaba de iniciar su ejecución, y en noviembre ocurrirá lo propio con el segundo. El tercero, por su parte, se halla en la etapa de definición del expediente técnico, previéndose que alrededor de abril del próximo año quede apto para su construcción.
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