La inversión extranjera directa (IED), aquella que suele llegar al país para participar en proyectos productivos y de largo plazo, registró en el tercer trimestre un monto de US$ 2,171 millones.
Este implica una alentadora recuperación frente al trimestre previo, en el que la incertidumbre y la inestabilidad política vividos en los primeros meses del año (que desembocaron en el cambio presidencial), pero también las circunstancias internacionales, así como el desarrollo propio de los grandes proyectos, habían provocado una baja del flujo.
Con ello, el total captado en lo que va del año asciende a US$ 6,259 millones, monto que se explica especialmente por los US$ 4,724 millones de reinversión de utilidades (las que no son repatriadas sino destinadas a seguir ampliando la capacidad instalada y otros requerimientos). Además, hubo un ingreso de US$ 1,112 millones por aportes y otras operaciones de capital (dinero fresco que entra a los proyectos o empresas) y uno de US$ 423 millones por préstamos netos con la matriz (diferencia entre los montos de préstamos recibidos de esta y los devueltos).
El monto de los últimos cuatro trimestres llega a US$ 8,981 millones.
Para los períodos sucesivos la situación luce más alentadora, pues se está iniciando, intensificando o reimpulsando importantes proyectos, como la Línea 2 del Metro de Lima, Quellaveco, Mina Justa, la ampliación de Toromocho y el aeropuerto internacional Jorge Chávez.
En cuanto al monto acumulado o stock total de IED, llega a US$ 104,495 millones, lo que equivale al 46% del producto bruto interno.
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