Si bien el Perú no exporta actualmente los montos de prendas de vestir que exportaba hace unos diez años, sigue teniendo al rubro como uno de sus puntales en el sector manufacturero, lo que además le permite seguir figurando entre los cincuenta primeros exportadores del mundo.
Como veremos a continuación, con datos proporcionados por la Organización Mundial de Comercio (OMC) que nos muestran a los principales exportadores de prendas de vestir en el año 2017, nuestro país ocupa el puesto 47, el mismo del año 2016.
La lista nos dice que este tipo de manufactura, contrariamente a lo que ocurre en muchas otras, es practicada entusiastamente tanto por países muy desarrollados y de altos costos laborales, como por países de bajo nivel de desarrollo y mano de obra barata.
El lider indiscutible es China, que el año pasado exportó prendas por nada menos que US$ 158 mil millones, más de cinco veces que los dos países que le siguen, Bangladesh y Vietnam. De esa supremacía china son testigos todos los restantes países, cuyos productores deben hacer grandes esfuerzos para competir contra la inmensa cantidad de productos de bajo costo que llegan desde ese país.
Tras esos grandes productores asiáticos y de la India, todos ellos caracterizados por una gran población y un bajo costo de mano de obra, destaca la muy desarrollada Europa, que incluye nada menos que siete países entre los trece primeros.
La primera potencia económica, Estados Unidos, también se hace presente en el listado, con exportaciones por más de US$ 5 mil millones.
Entre los países latinoamericanos, sobresale México, ubicado en el puesto 22, con ventas por US$ 4 mil millones, las cuales, como es lógico, son colocadas principalmente en su gigantesco vecino Estados Unidos, tal como también lo son las de otros países de la región que destacan en el ranking: Honduras (puesto 26), El Salvador (33), Guatemala (41), Nicaragua (43) y Panamá (44).
El Perú, séptimo en el plano regional, exportó US$ 888 millones, monto que, como ya dijimos, es muy inferior a los de años atrás (más de US$ 1,600 millones en el 2008 y el 2012). Esa notoria caída se explica en gran parte por la pérdida del mercado venezolano, otrora gran comprador y hoy casi inexistente debido a su actual terrible crisis.
En este importante y dinámico rubro industrial de nuestro país participan productores de todo tamaño, tanto del ámbito textil como del netamente confeccionista. Las miles de pequeñas y microempresas que se articulan en su cadena de producción y comercialización generan decenas de miles de puestos de trabajo. Considerando que es una de las actividades en las que el Perú tiene ventajas comparativas y competitivas, es de esperar que se recupere en los años siguientes. Felizmente, lo observado en el último año, con un crecimiento de 3% respecto del 2016, constituye una alentadora señal al respecto.
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