Por ejemplo, acogió con gran satisfacción la solicitud de este de incorporar al legítimo gobierno de Venezuela al Grupo de Lima y le dio la bienvenida, a la vez que acordó reconocer y trabajar junto a los representantes designados por su gobierno en los respectivos países.
También hizo ver que las iniciativas de diálogo propiciadas por diversos actores internacionales están siendo manipuladas por el régimen de Maduro, y transformándolas en maniobras dilatorias para perpetuarse en el poder. Por ende, considera que toda iniciativa política o diplomática debe tener por objeto apoyar la hoja de ruta constitucional presentada por la Asamblea Nacional y por el presidente Guaidó, que busque una transición pacífica entre los venezolanos, que logre la salida del régimen dictatorial de Maduro, y que permita la convocatoria a elecciones y el restablecimiento de la democracia.
Asimismo, hizo un llamado a la fuerza armada para que manifieste su lealtad al presidente Guaidó, en su función constitucional de Comandante en Jefe de la misma, e instó a la institución a no impedir el ingreso y el tránsito de la ayuda humanitaria a los venezolanos.
Además, solicitó a la comunidad internacional que impida que el régimen de Maduro realice transacciones financieras y comerciales en el extranjero, que tenga acceso a los activos internacionales de Venezuela y que pueda hacer negocios tanto en petróleo, oro u otros activos.
Como vemos, el grupo está ejerciendo, tal como también lo están haciendo otras instancias internacionales, una muy fuerte presión sobre la dictadura, y los resultados de ello comienzan a percibirse cada vez con mayor nitidez. A nuestro país le cabe la gran satisfacción de estar participando activa y protagónicamente en esta épica cruzada por la democracia latinoamericana.
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