El riesgo de los países no solo es medido a través de los conocidos EMBI y EMBIG, que, como sabemos, reflejan el diferencial (spread) de rendimientos o tasas de interés entre los bonos que emite el país en referencia y los del Tesoro de Estados Unidos. Como veremos a continuación, también es medido a través de otro indicador, denominado CDS (Credit Default Swap).
El CDS se refiere a la probabilidad de que un país entre en situación de default (incumplimiento de pago). Quienes adquieren sus bonos y desean evitar tal riesgo, pueden asegurarse, pagando a las entidades que ofrecen cobertura una determinada prima, mayor cuanto más alto se considere el riesgo del país. Así, de ocurrir tal eventualidad, reciben la compensación por el monto incumplido.
A mayor riesgo de default, más elevado el indicador. Como se aprecia en el cuadro, tras haber subido notablemente sus cifras el año 2018, acorde con el incremento de tal riesgo, los principales países de la región las han reducido sensiblemente en el presente ejercicio.
Y al Perú le va bien en comparación con sus vecinos, pues a la fecha exhibe el segundo más bajo nivel, siendo superado sólo por Chile.
Contrariamente, Argentina registra, por mucho, el más alto nivel, el mismo que bajó considerablemente en el año 2017 de la mano de las acertadas primeras medidas y políticas adoptadas por el presidente Macri, pero luego se volvió a disparar (aunque no a los enormes niveles previos de los años 2014 y 2015, de más de 3 mil puntos básicos), al constatarse que este se conformaba con aplicar un plan gradualista, en lugar del radical que se requería.
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