Si bien enero y febrero del presente año no han sido muy favorables en materia de PBI, pues sus cifras mensuales han sido débiles, no han deteriorado mayormente la tendencia de largo plazo de la economía.
Eso se comprueba en este gráfico del INEI, que muestra la tasa de variación anual en cada uno de los meses desde enero del 2009.
En él se aprecia que, tras la fuerte desaceleración de los años anteriores, que se reflejó en una tasa anual menor al 2% a inicios del 2015, nuestra economía inició un proceso de recuperación de cerca de dos años que sin embargo no se sostuvo, pues luego de llegar a su clímax con tasas de más de 4% a fines del 2016, se volvió a debilitar, hasta caer a una de apenas 2.31% en enero del 2018.
Felizmente, desde febrero de ese año las cifras han vuelto a ser de clara reactivación, y por eso en febrero del año actual, pese a la débil tasa mensual, la anual se sitúa en un expectante 3.83%, que preanuncia que en los siguientes meses, con la prevista mejora de la inversión y el consumo, se logrará el mayor dinamismo anual de los últimos cinco años.
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