En efecto, ascendió a US$ 2,781 millones, su mayor monto desde inicios del año 2013, que ojalá sea el preludio de un restablecimiento tras el descenso de los últimos años.
El importante nivel comentado se explica especialmente por un flujo positivo de US$ 1,956 millones en el rubro de préstamos netos con la matriz (diferencia entre los montos de préstamos recibidos de ésta y los devueltos). Además, hubo un monto de US$ 399 millones por concepto de reinversión de utilidades (aquellas que en lugar de ser repatriadas se destinan a seguir ampliando la capacidad instalada y atender otros requerimientos) y uno de US$ 425 millones por aportes y otras operaciones de capital (dinero fresco que entra a los proyectos o empresas).
Se espera que en el resto del año el flujo siga in crescendo, debido a factores como la intensificación de los trabajos en la Línea 2 del Metro de Lima, el puerto de Pisco y varios proyectos mineros (como Quellaveco y Mina Justa, incluyendo la ampliación de Toromocho), y el inicio de los del aeropuerto internacional Jorge Chávez.
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