Hace unos días vimos aquí los resultados del Índice de Libertad Económica 2019 del canadiense Fraser Institute, elaborado con base en los datos del año 2017.
Allí, en un ranking encabezado por Hong Kong, que registró impresionantes 8.91 puntos sobre 10, el Perú se ubicó en el puesto 42, con un puntaje de 7.49. Ahora veremos algunos otros detalles importantes acerca de la situación peruana en dicho fundamental indicador.
Para empezar, diremos que el resultado que acabamos de mencionar implica (ver cuadro que sigue) un retroceso, tanto en puntuación como en posicionamiento, frente al del año 2015 (7.54 puntos y puesto 37), pero especialmente frente al del 2010, cuando se logró la mayor puntuación histórica (7.67) y el mejor puesto (23).
El cuadro también permite observar la notable mejora que logró nuestro país entre los años 1990 y 2000, por efecto de las importantísimas reformas que cambiaron el modelo económico proteccionista, estatista y controlista (vigente desde fines de la década de 1960 hasta fines de la década de 1980) por el modelo de libre mercado y apertura al mundo.
Además, el cuadro hace posible visualizar la evolución de nuestro país en los múltiples conceptos considerados en el índice.
A la fecha, nuestra mayor puntuación ocurre en el rubro Moneda Sólida (9.72), en el cual destaca una calificación perfecta de 10.0 en el item de libertad para mantener cuentas bancarias en moneda extranjera.
Otra muy alta puntuación es obtenida en el rubro Libertad para Comerciar Internacionalmente (8.24), donde sobresale, también con la calificación máxima, la inexistencia de mercado negro cambiario.
Además, se logra puntuaciones aceptables en los rubros Tamaño del Gobierno (7.53) y Regulación (7.22). En el primero de ellos la mejor nota corresponde al acápite Transferencias y Subsidios (9.62), reflejando su relativamente sensata administración. En el segundo, por su parte, se logra calificaciones de 10.0 en los acápites Regulaciones Horarias y Conscripción, ambos referidos al mercado laboral.
Pero el punto débil de nuestra evaluación global está, como era de esperar, en el rubro Sistema Legal y Derechos de Propiedad, donde apenas se obtiene 4.73 puntos, y donde se califica con notas bajísimas la imparcialidad de las cortes (2.51) y la fiabilidad de la policía (2.67).
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