La satrapía que ha destrozado la institucionalidad, la democracia y la economía venezolana, y provocado la desesperada huida de millones de personas, ha tenido la desfachatez de aparentar estar dolida por el sufrimiento de estas y culpar al gobierno peruano por supuestos actos de xenofobia.
Por eso hoy nuestra Cancillería le respondió con un durísimo Comunicado en el que, aparte de desmentir tajantemente sus infundios, le dejó clara la opinión aquí existente, que coincide con la prevaleciente en la gran mayoría de países democráticos del mundo, acerca de los únicos y verdaderos culpables de esa desgraciada situación, que ha arruinado el presente y el futuro de todo un país y de toda su población.
En ese marco de cosas, con toda propiedad se refirió al "régimen ilegítimo y dictatorial de Nicolás Maduro" como "único responsable de la catástrofe humanitaria en Venezuela, del éxodo de más de cuatro millones y medio de personas y de la sistemática violación de los derechos humanos de sus propios ciudadanos".
Un régimen impresentable y delincuencial como ese no tiene la menor autoridad moral para hablar en defensa de nadie, mucho menos atacando con mentiras a un país que, pese a sus carencias, hace, como corresponde, su más grande esfuerzo por ser solidario.
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